sábado, mayo 02, 2020

Irresponsabilidad callejera.

Ya lo veía venir, y así ha sido. Esta mañana he salido a la calle, madrugar en un día festivo para poder dar un paseo me resulta un poco fastidioso pero después pensé que de alguna manera había que hacerlo y no iban a hacer madrugar a los niños.

Mucha, pero que mucha gente por la calle. Me llamaban la atención los de las bicis, vivo en la frontera con el pueblo de al lado, si los que hacen deporte no pueden pasar de un municipio a otro, todos, pero que todos ellos se estaban saltando la norma pues no veía volver a ninguno.

También había bicicletas con niños, niños sin bicicleta, niños con y sin padres... será que los padres se habían quedado en casa a hacer algún otro tipo de deporte, que el deporte no individual solo se puede practicar si no sales de casa.

Pero pocas bicicletas iban solas, será que como no podían salir del municipio no han tenido más narices que encontrarse los unos a los otros, como ya dije solo les faltaba el almuerzo.

Pero aún así, nada comparado con lo que ha pasado en otras ciudades de España. A toro pasado, sí, pero en realidad era fácil de prever.
En un día normal, a una hora cualquiera, la puerta del Sol en Madrid y la Gran Via están a parir de gente. Pero si mirásemos en las casas, estas estarían llenas de más gente porque la mayoría no suele tener necesidad de salir todos los días a ninguna hora señalada salvo que sea el día de la cabalgata de reyes o el del desfile de las fuerzas armadas que no salen todos pero no hay baldosas en las calles para todos ellos y a los niños se los ponen de bufanda para caber más.

Igual es porque era el primer día, hoy he visto gente corriendo que parecía necesitar varias operaciones biquini para poder enfundarse la ropa que llevaba puesta, diría que no era una operación biquini normal, era un trasplante múltiple con bypass de estómago incluido.

Así que todos a la vez a correr y a pasear con los parques cerrados, es decir que eran muchos más y en menos sitio. Si hubieran repartido dorsales habría parecido la San Silvestre con el mayor éxito de convocatoria de la historia de las San Silvestre, pero es que la original se hace en enero y la mitad del país está de resaca celebrando el año nuevo.

Los que salieron con niños fuera de su hora, los mayores de 70, que también los había salvo que fueran jóvenes muy desmejorados, o los que salieron a hacer deporte fuera de su municipio (sobre todo en bicicleta), eran unos irresponsables. Pero aún así, el resto se encontró con la marabunta sin haberlo preparado, como cuando salimos a la carretera y nos cabreamos porque los coches se paran al ver un accidente en el sentido contrario. Los hay que pitan y se cabrean, pero no se dan cuenta de que el que va detrás piensa lo mismo de ellos. El primero que paró puede que lo hiciera para ayudar, y los demás frenaron de forma que los siguientes tuvieron que frenar también y así sucesivamente. La calle estaba llena de viandantes, viandantas, runners y runansas (para que no se me ofenda la ministra de trabajo y trabaja... aunque poco), y no había otra opción que hacerlo así o darse la vuelta y volver a entrar a casa después de haber dejado el pijama dentro de la lavadora... que ya tocaba.

¿Habrá pico de contagios?, no se, dependerá de la ruta que hubiera cogido el que esté contagiando o sin son muchos o pocos en esa categoría. Pero toda la oposición está haciendo presión para que se cancelen las limitaciones de movilidad y se abran todos los negocios, si mueren unos pocos más no importa, pero parece que ya está claro que prefieren el riesgo de unos miles de muertos a la certeza de perder los beneficios de sus inversiones. Total, si nos vamos a contagiar por salir de todos modos, que sea con cerveza y pincho.

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