jueves, mayo 28, 2020

Comisión de redestrucción.

La llaman comisión de reconstrucción, lo que de alguna manera nos dice que algo se ha roto. El COVID rompió muchas cosas, por no hablar de las vidas que se ha llevado, que esas no las reconstruye nadie.

Unas son evidentes, pues las empresas que llevan desde marzo sin poder trabajar lo tienen de todo menos fácil. Los hoteles que dependan del turismo son un claro ejemplo de ello. El ministro de consumo, (menudo nombre para un ministerio), soltó la prenda de que el turismo era un negocio de poco valor añadido. Ciertamente, el gran beneficio del turismo se lo llevan los que se lo llevan, sus propietarios. Si uno quiere ir a Huelva a un hotel de 5 estrellas puede que opte por ir a uno como el Rompido Golf de Huelva... antes era de una empresa española ahora es de Precise Hotel Collection, es decir alemana.

El Kempinski Resort Hotel de Estepona, Málaga, también es de una cadena alemana, Kempinski.

IHG es una empresa británica propietaria de todos los Intercontinental y Holiday Inn, además de otros no tan evidentes en el nombre como el Kimpton Vividora hotel o el Crowne Plaza Fira center, ambos en Barcelona.

Seaside, también alemana, es la propietaria de varios resort en las Islas canarias además de otras propiedades.

La lista de resorts, hoteles, aparthoteles y demás establecimientos hoteleros que pertenecen sobre todo a empresas alemanas es interminable y si miramos aquellos que son españoles podemos llevarnos una sorpresa. Riu, de los Riu de tota la vida, ya no es solo de ellos, la alemana TUI AIG es propietaria del 50% de la empresa. Huelga decir que TUI es a su vez propietaria de cadenas como Sol y Mar, Atlantica Hotels, Gran Resort Hotels, Grupotel, etc y es una de las mayores propietarias de agencias de viajes y operadores turísticos en Alemania.

Si entramos en el gobierno corporativo de empresas como NH vemos que aunque la empresa sigue siendo española, los nombres de los delegados nos informan de la diversidad del accionariado, Minor Internacional, empresa afincada en Tailandia pero con pocos tailandeses en nómina, tiene 4 votos de los 9 que tiene la junta.

El ministro se coló en el sentido de que había mucha gente que ganaba poco con el turismo, sí, pero que ese poco que ganaba, era todo lo que ganaba. La suma de todos esos pocos, la suma de ese valor añadido de poco valor al final se convierte en un porcentaje bastante grande de la tarta del PIB de España. Si esa es la parte pequeña del beneficio, ¿cuanto llegan a ganar esas empresas que he mencionado antes, si son las que se llevan la parte gorda del mismo? Así que no es de extrañar que haya empresarios alemanes que amenacen con llevar a sus clientes a otro lugar. La amenaza es más bien un farol, tienen tantos intereses en España que lo que realmente quieren es que sus nacionales vengan a gastar su dinero aquí... bueno, a que lo gasten en Alemania para venir a complejos hoteleros con todo incluido que pertenecen en un buen porcentaje a otros alemanes, es decir, a ellos mismos. Aquí solo queda la mierda que producen, el agua que gastan, el mobiliario público que destruyen, los recursos que degradan y sí, los ingresos de muchos españoles que no podrían ir de vacaciones a ningún lugar así porque sus sueldos no se lo permiten. El ministro tenía razón, pero no se daba cuenta de que en este país, valor añadido tenemos bien poco pues en su mayoría se va a otros bolsillos, también pasa con el aceite del que somos primer productor mundial y cuyas botellas más caras no son españolas. Se pagan sueldos miseros para recoger la aceituna, se recibe muy poco por el aceite producido y empresas que no son españolas se llevan buena parte del valor añadido del producto final.

También fabricamos coches, pero el valor añadido vuelve a ser de otros, ¿que empresa automovilística es española?, SEAT habría sido la respuesta hace muchos años, ahora es alemana. El sector, en España, estaba ya dañado antes del covid. La enfermedad les ha brindado la escusa y Nissan (Franco-Japonesa) cierra en España, sospecho que la problemática de Cataluña también colaboró en el mismo.

Alcoa (Americana) hace lo propio en Galicia. Son muchos trabajadores, pero valor añadido ninguno o casi negativo si le añadimos las ayudas públicas que reciben, así que aunque las hay, no se puede decir que España llegue a controlar toda la cadena de producción y explotación de prácticamente nada, es decir, que hay muy pocas empresas que realmente dejen en el país el valor añadido que producen.

A ello sumamos que la clase política que tenemos parece salida de una tómbola de feria en la que los premios son productos de ínfima calidad que no valen ni una pequeña parte de lo que se paga por ellos. vamos, no es que la clase política no tenga mucho valor añadido, es que no tiene ninguno.

Y no se salva nadie, prueba de ello es la reunión de la citada comisión de reconstrucción en la que el vicepresidente (uno de los cuatro que hay, que puestos a gastar podían haber nombrado 12 o 17 copresidentes, a fin de cuentas es lo que hay con las comunidades autónomas y muchos, si no todos, ganan más que el nacional). En la reunión, Pablo Iglesias acusa a VOX de querer dar un golpe de estado pero no atreverse. Es decir, en medio de una crisis monumental, la extrema izquierda acusa a la extrema derecha de buscar un golpe de estado al tiempo que se destituye a un coronel que ha tenido un papel importante en la crisis de Cataluña, vamos, que si la intención es la de reconstruir, empezamos mal  ya que lo peor de la acusación es que igual lleve razón, como la que tenía el ministro Garzón, pero que en lugar de arreglar nada al hablar, lo que consiguen es que suba el pan llevándonos a escenarios que se empiezan a parecer peligrosamente a los de 1936. Lo único que aún no teníamos era demasiada hambre... pero todo se andará.

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