lunes, abril 29, 2019

Camisas políticas de once varas. (Sirven para cualquier lugar del mundo)

No me equivoqué demasiado, o igual sí, en la predicción, es decir, no se equivocaron demasiado las encuestas, por el parecer el que más se acercó fue el CIS, sí, aquel al que tanto criticaron. No nos engañemos, no estaba prediciendo nada, estaba diciendo lo que había en aquel momento y lo que ha pasado es que desde entonces no ha cambiado gran cosa, es decir, se podían haber ahorrado todo el dinero que se han gastado en propaganda y campaña electoral.

Es fácil decir lo que ha pasado una vez ya ha ocurrido, la raza humana tiene tendencia a ver venir lo que ya pasó y es fácil caer en el ya lo decía yo.

Todos los partidos se intentan vender como transversales para captar más votos, pero al final se agarran a lo que consideran sus bases y son ellos mismos los que las acaban definiendo como de izquierdas, derechas o centro.

Los extremos son los que más hablan de transversalidad, porque no pueden hablar de extrema derecha/derecha ni de extrema izquierda/izquierda para hablar de "intereses comunes". Son tanto el PP como el PSOE los que suelen hablar de centro/derecha y de centro/izquierda en el afán de reclutar votos de la intersección de ambos. C's, que se definió a sí mismo como de centro y que ha captado políticos de ambos lados, en su día intentó pactar con el PSOE y en esta ocasión se ha decantado por apoyarse a la derecha lo que ha quitado buena parte del espacio de centro que pudiera ansiar el PP.

El centro, viene a estar constituido por unos 7 millones de votantes que simplemente no se identifican con la base de ningún partido, gente que sería de izquierdas a la hora de pedir ayudas y de derechas a la hora de pagar impuestos. Gente que quiere más cárceles para los delincuentes pero que no las quiere cerca de su casa por si los delincuentes... los mismos que dicen que hay que ayudar a los emigrantes pero que sean otros los que los acojan. En realidad gente exactamente igual que los  8 millones que son de derechas o los 11  millones que se declaran de izquierda, independentistas de ambos tipos incluidos. Los de derecha dicen claramente que no quieren inmigrantes pero tampoco significa que deseen que se ahoguen en el camino. Los de izquierdas dicen que no hay que poner concertinas... pero tampoco quiere decir que quieran que pasen todos, ni una parte. Son etiquetas que hábilmente manipuladas acaban situando a todas las personas en cualquiera de los extremos. Hitler y Franco eran de derechas, pero en realidad habían nacionalizado todos los servicios por lo que en realidad mandaban países de funcionarios... como si de comunistas se tratasen. Un socialista por su parte es un comunista con un gran apego a la propiedad privada. Al final todos claman por lo mismo, socializar el gasto (entre muchos) y privatizar el beneficio (para unos pocos).

Si lo meditamos un poco,  ¿quien hace caso realmente de los programas electorales?, la única diferencia palpable es aquella por la que la izquierda pretende subir los impuestos a los que más dinero tienen para mejorar a las clases más desfavorecidas enfrentada a esa derecha que afirma que bajarles a esos mismos ricos los impuestos se traduce en una mejora de las clases desfavorecidas. ¿Quien tiene razón?, basta mirar un poco hacia atrás para concluir que ninguno la tiene pues todos han mandado y siempre hay un colectivo que acaba convirtiéndose en desfavorecido en favor de las clases pudientes que siempre, independientemente de quien mande, van mejor.

En esta ocasión ha ganado la izquierda porque el discurso de la derecha se ha escorado hacia la derecha y ha dejado el centro más libre para el otro lado. Al repartir entre tantos, ahora es imposible que la mayoría del voto del centro se vaya hacia una de las opciones, por que ya no es probable que se alcancen mayorías absolutas. No voy a entrar en regionalismos, los partidos nacionalistas se convierten aquí en clara extrema derecha aunque se declaren de izquierda (que como he dicho... es básicamente lo mismo). No pretenden repartir el capital con las clases desfavorecidas, sino mejorar unas regiones ricas en detrimento de otras más pobres, es la única opción bajo la cual pretenden ser independientes. Antaño, los partidos en el poder si no obtenían suficientes votos del centro se dirigían a esos regionalismos para negociar el poder. Se hacía a cambio de ventajas y concesiones, pero llega un momento en el que no hay mucho más que dar salvo poner una frontera con la que todos puedan perder... menos los ricos, que ya se sabe, siempre ganan.

Ahora, por narices, lo único que pueden hacer es entenderse también con el centro que puede parecer más de derecha o más de izquierda según desde donde se aborde. Aunque el objetivo final, independientemente de quien gane y de donde lo haga, es el de vender humo, que es lo que siempre han vendido para favorecer los intereses de aquellos que pagan sus campañas, que en definitiva, son los que en realidad mandan, ya sean de izquierdas, derechas, centro, independentistas, idealistas o surrealistas.

No me confundan, (suspiro y aspiración profunda), estoy convencido de que hay algún político honrado que realmente quiera que la sociedad en su conjunto vaya mejor y que de verdad quiera tomar medidas para equiparar la calidad de vida de unos y de otros, que los ricos no se aprovechen del trabajo de los pobres y que no dejen de ganar dinero al tiempo que protegen el planeta y dejan un lugar mejor para los que están por venir al tiempo que evitan conflictos con otros países y consiguen un mundo de paz y armonía... (coge aire)... ah, y de algún unicornio con la cola multicolor que se que encaja perfectamente en este último párrafo, sobre todo sustituyendo lo de "político honrado".

2 comentarios:

Rembrandt dijo...

Muy buen análisis post electoral, solo puedo agregar que deseo lo mejor para tu país. Ojalá nosotros en Octubre logremos modificar el rumbo nefasto al que nos ha llevado el actual (des)gobierno. Argentina está muy mal y eso me da mucha tristeza.

Abrazos amigo mío, gracias por tus palabras y coincido con vos, la poesía siempre nos rescata de la realidad por mas dura que sea.

REM

Outsider dijo...

Más que un análisis era un lamento post electoral que sin duda habría sido el mismo si hubieran ganado otros, y lo peor de todo es que no podemos dejar de votar porque la alternativa sería aún peor.

Sigo de cuando en cuando la actualidad de tu tierra, sin haber estado nunca por allí siento como que fuera una segunda patria de la que tengo todos los recuerdos que mi padre contó y trajo de sus viajes de negocios por aquellos lares.

Ahora escucho también con pesar lo que sucede en el resto de la América latina, es triste esta especie animal que no alcanza a aprender de los errores cometidos, o peor... que los que aprenden de los mismos tan solo lo hagan para aumentar el beneficio propio.