jueves, abril 11, 2019

La paradoja de la igualdad de género.

Hace unos días fue noticia el juicio a una mujer que había intentado matar a su marido envenenándole con unas natillas y atizándole después con una botella de cava porque al notar un gusto extraño había decidido no tomarlas. Está acusada de intento de homicidio y se solicita una pena de 8 años de prisión.

Los hechos ocurrieron hace más de un año y está en la cárcel desde entonces como medida cautelar, es curioso que hasta sus hijos digan que  ella es muy celosa y posesiva. En su día la noticia pasó desapercibida, y ahora, casi que también.

Hace nada, también salió la noticia del marido que había ayudado a su mujer a suicidarse después de 30 años de sufrimientos, sobre todo por parte de ella que era quien lo solicitaba. La ayudó y no la abandonó mientras moría, grabándolo todo para dejar pruebas documentadas de todo lo que hacía sabedor de que a fecha de hoy en este país, ayudar a morir al que cree en el derecho a morir dignamente es delito.

Pues resulta que al mismo tiempo que ocurre el caso anterior, a éste le van a juzgar, de nuevo en virtud de la legislación vigente, por violencia de género porque se trata de una muerte en la que un hombre mata a su pareja. (Visto, aquí)

No se, me da la impresión de que hay algo que no funciona en la forma de abordar la violencia de género. En Nadaesgrátis han publicado un artículo haciendo referencia a un estudio sobre la incidencia de la violencia de género y su relación con la igualdad alcanzada en distintos países.

Los resultados no me parecen suficientemente esclarecedores, como comento en el mismo,  "La violencia de género hay que combatirla, sin duda. Pero al no hacer lo propio con aquellas violencias que no se consideran de género (hombre contra hombre, mujer contra mujer o mujer contra hombre), la paridad de géneros solo puede llevar a igualar la primera con la que se produce en los otros supuestos. Obviar en los estudios estos casos podría llevar a la paradoja de que la violencia de género fuera menor que cualquiera de las restantes violencias y que por tanto la paridad no fuera un objetivo tan deseable. Estoy seguro de que la violencia del hombre contra la mujer es mucho más habitual  a su contraria, pero ya no sabría cuantificar en términos relativos la que se produce entre personas del mismo sexo, en cualquier caso, al carecer de datos y estudios al respecto, esa seguridad no es rigurosa."

Al juzgar este caso, mediático sin duda, como violencia de género, se está volviendo a desvirtuar la estadística teniendo presente que el de las natillas nunca figurará como tal.

No me confundan, no soy un portavoz de VOX, ni tan siquiera simpatizante por mucho que alguno de mis argumentos se parezca a los de esta formación política. La violencia doméstica es claramente distinta a aquella que se produce en una discusión en un bar y estoy seguro de que hay que poner medios extraordinarios para poder combatirla porque se produce en un entorno de especial vulnerabilidad; dentro del hogar, sin casi testigos y otros factores. Pero estoy convencido de que no es acertado excluir la violencia que se pueda dar en el mismo contexto entre dos hombre, dos mujeres o ese caso que se empeñan en silenciar de las mujeres que agreden, física o mentalmente a sus maridos.

Seguro que hay muchos más casos de hombres que agreden a sus esposas que de cualquiera de los otros supuestos, pero en pro de la igualdad, no entiendo porqué se han de tratar de distinto modo. Si consideran que los castigos son insuficientes en el caso de los hombres que agreden a las mujeres, deberían subir también las penas para los casos en los que sean las mujeres las culpables. Si ser más fuerte es un agravante, también lo debería ser si se trata de una mujer más fuerte que su pareja, sea ésta hombre o mujer.

No se, igual estoy equivocado al creer en la igualdad real, pero los extremos son malos en todos los sentidos y el sentido que parecen estar dándole a la discriminación positiva solo parece provocar un auge del machismo con todas sus connotaciones negativas frente a un feminismo que empieza a tener connotaciones parecidas.



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