martes, julio 13, 2021

La variante J del Covid.

Aún no ha salido la J, a fecha de hoy vamos por la Delta, la que llaman la variante india, aunque supongo que ya habrán identificado alguna que otra más. Todo  gracias al inmenso número de contagiados activos de la COVID en el mundo. El virus se replica una y otra vez en cada uno de ellos cometiendo fallos en la réplica que produce un virus parecido al anterior. Este, se vuelve a replicar y si las condiciones para hacerlo son más idóneas se convierte en una nueva variante que puede acabar sustituyendo a la anterior.

Las vacunas existentes se hicieron a partir de los datos obtenidos en la primera variante y su efectividad baja según aparecen nuevas variantes. La razón: lo dicho, las condiciones idóneas son aquellas en las que la nueva réplica lo hace sin encontrar obstáculos, y la vacuna es uno de esos obstáculos a superar. Aún así, los lugares en los que más se producen esas nuevas variantes son aquellos en los que la incidencia del virus es superior y salvo excepciones coinciden con los lugares en los que las vacunas están menos repartidas. Por eso, se trata de variantes que no han prosperado gracias a superar la barrera de las vacunas, sino que lo han hecho por cualquier otra razón. A saber, aumentar la capacidad de contagio, ser capaz de contagiar sin síntomas, que el tiempo de supervivencia en el huésped sea superior o cualquier otro. Estas variantes, con la movilidad mundial restablecida, pasan de unos países a otros hasta llegar a un lugar en el que se encuentran con una barrera nueva como pudiera ser una vacuna a la que se enfrentan y superan o no lo consiguen.

Entre las vacunas actuales contra la COVID, no hay ninguna todavía que realmente pare el virus. Este puede acceder a todos los contagiados, lo único que hacen las vacunas es reducir la gravedad de la infección, pero el virus sigue replicándose pues la vacuna no lo mata y de ahí pasa a otro huésped que puede tener o no una vacuna, o tenerla puesta pero no haber creado suficientes defensas para que no se convierta en letal como le ha pasado a un ciudadano de Barcelona que ha fallecido con las dos dosis completas.

Con ello, sigue siendo más fácil que las nuevas variantes se generen en los lugares en los que hay más contagiados como la India, pero ello no impide que se generen nuevas variantes en otros lugares con menos incidencia. Sobre todo cuando ésta crece en lugar de ir disminuyendo como ocurre por ejemplo en España a pesar de tener a más del 50% de la población vacunada. Los jóvenes, aún no vacunados se convierten en un rápido vector de transmisión, pero estos no viven solos y sus mayores, estando vacunados, multiplican dicho vector con el detalle de que ahora no se ponen más enfermos que los jóvenes y simplemente vuelven a transmitir la enfermedad.

Así, las réplicas del virus se realizan continuamente y de nuevo, los fallos en las mismas crean nuevas variantes que ahora sí, se miden directamente con las vacunas y por tanto aquella nueva variante que sea capaz de evitarlas, será a su vez la nueva variante dominante. Todo es cuestión de tiempo para que surja una variante que no sea solo más contagiosa, sino que a su vez sea más letal. En realidad, las variantes más letales acaban desapareciendo por falta de huéspedes a los que contagiar.

Mientras las variantes que surgen no llegan a saturar las urgencias, algunos países han decidido que la COVID es como una gripe dura y han decidido no parar el país por eso, para jolgorio de los fabricantes de vacunas que saben que se pueden forrar con una enfermedad estacional contra la que haya que vacunarse todos los años. Reino Unido es el más claro exponente de esta opción.

Otros países, sin embargo, han decidido que sí, que puede convertirse en algo estacional, pero que no están dispuestos a correr el riesgo de convertirse en el foco de la variante más mortal que pueda surgir. Así, en Australia, con solo 77 nuevos contagios, y su primer muerto en 3 meses, ha decidido cerrar por partes.

¿Es que la economía no se resiente en Australia por cerrar?, Lo curioso es que es uno de los países en los que menos vacunas se han puesto, pero claro, cerrando como cierran, la barrera a la que se enfrenta el virus es la de transmitirse a más distancia y con tan pocos casos, las probabilidades de que prospere allí una variante así son bastante más bajas.

Ahora es solo una cuestión de tiempo. Con la incidencia desbocada también en los países con vacunas, llegará una variante, yo la he llamado la J por jodida, pero puede tener cualquier otra letra, y la mayoría de las vacunas existentes serán lo más parecido a haberse inoculado un placebo. Ahora ya están inyectando una tercera dosis de alguna de ellas para incrementar las defensas, pero es algo que ya no estaba en las especificaciones de ninguna vacuna. Puede que funcione para mantener el nivel de anticuerpos o aumentarlo contra las variantes existentes, pero no servirá contra las futuras. Seguro que todos los fabricantes ya están trabajando con variantes que se han detectado ante las que las actuales no son muy efectivas, pero su vista comercial prevalecerá y esperarán a que se conviertan en un problema mayúsculo para producir en serie esa nueva vacuna. Por ahora no les sale a cuenta. En cualquier caso, cuando ocurra, el mundo se volverá a parar, y en Australia seguirán funcionando porque aunque no tengan muchas vacunas, lo que no tendrán será muchos virus. No se si la estrategia del Reino Unido, con una empresa productora de vacunas y el mar haciendo de barrera es la adecuada, tampoco se si lo és la de Australia, con pocas vacunas pero mucho más mar de por medio. Pero tengo claro que la de España, con 17 criterios distintos y sin nada más que poner que futuros enfermos, no es precisamente un ejemplo a seguir, aunque quien sabe, igual sale bien, aunque de momento bien, lo que se dice bien, solo le está saliendo a los que venden sus vacunas pues en España han vendido una buena cantidad de ellas.

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