lunes, junio 21, 2021

Inculto.

 Eso es lo que soy, la cultura no consiste en saber palabras, consiste en conseguir que te entiendan cuando las usas al tiempo que entiendes al resto cuando hacen lo propio. Por lo general tengo problemas para conseguir que se entienda mi punto de vista, este blog es en parte una forma de esconderme, de hablar sin que por lo general me rebatan lo que digo. Porque esa es una de las ventajas de la world wide web, siempre puedes perderte por los rincones de la red, si te gusta algo, puedes decir algo, o no decir nada y si no te gusta puedes hacer lo mismo aunque por lo general es mucho más fácil no decir nada. Ahora, para llamar la atención se usa tik tok o redes similares, la verdad es que no estoy muy puesto, son mis hijas las que entran en ellas. Creo que instagram ya no está de moda y facebook solo lo usa la gente mayor que llegó tarde a internet. Mi suegra lo usa, es su fuente de conocimiento para todo y así le va, ella dice que no mira internet... que a ella se lo mandan por el faisbuk. En realidad no le va mal, se entretiene y tiene motivo de conversación con sus colegas con los que retroalimenta todo lo que vuelven a decirse unos a otros. Uno lo recibe y lo reenvía, el otro lo vuelve a reenviar al primero y vuelven a reenviarlo otra vez, creo que el grado de veracidad que le asignan a las cosas depende del número de veces que se lo han reenviado entre ellos.

Pero el tema no iba por ahí, hoy he ido al zapatero a reparar unos zapatos, me toca ir a un barrio que no está cerca de aquí porque lo de reparar zapatos solo parece cosa de barrios humildes, aquí no hay ningún zapatero y en donde he estado habían dos a escasos 200 metros de distancia, después hace gracia que sean los barrios con más capacidad económica los que se manifiesten por la sostenibilidad del planeta. Comprar y tirar no es precisamente sano para el planeta, he llevado a reparar unas botas por 3,85 euros y me lo han hecho en 20 minutos, estoy seguro de que he pagado más por la existencia del negocio que por el trabajo en sí, pero teniendo presente lo que cobran muchos por 20 minutos de trabajo no me ha parecido caro, digo yo que algo de hilo, pegamento y máquina ha tenido que gastar además de sus 20 minutos de tiempo, un poco de luz... que es cara de cojones y todos esos impuestos que pagan los autonomos trabajen o no.

En esos 20 minutos me he dado una vuelta por el barrio, por eso sé que hay otra zapatería al lado, y he aprovechado para entrar en una administración de loteria a comprar un par de euros de sueños de riqueza. He jugado a la primitiva, una apuesta para el jueves y otra para el sabado, después la dejo sin comprobar durante un par de semanas y es el tiempo que me paso pensando en lo que haría si me tocase. Una cerveza cuesta más y si la haces durar media hora deja de ser tan apetecible y en cualquier caso no te permite soñar en hacerte rico.

 El ritual es siempre el mismo, ya había comprobado en casa que no me había tocado, de hecho antes de hacerlo miro el periódico para ver si hablan de alguien que no haya cobrado un premio gordo en la ciudad para exprimir un poco más del sueño de riqueza, pero en todo caso la muestro para ver si me he equivocado al mirarla. Resguardo no premiado... suele ser la respuesta más habitual, a veces toca un reintegro, una vez me tocaron poco menos de 20 euros, creo que era una de 4, no estoy seguro, hace tanto tiempo de aquello. Entonces pido una apuesta para los dos días, es decir, dos apuestas pero hay que decir una, si dices dos te hacen cuatro, dos para cada día. Eso ya lo aprendí. Me cuesta aprender algo de cultura de uso, de esa que saben todos menos yo.

En la cartera llevo una apuesta rellena, son siempre los mismos números pero no me los se, a veces me olvido de sacar el papelillo y me dan una apuesta automática, la chica no ha visto que llevaba el papelillo ese en la mano y me ha preguntado - ¿de máquina? - a lo que yo he contestado - ¿de donde sino?

Y me ha abroncado al ver el formulario de juego relleno porque ya le había dado a la "máquina", me he quedado la apuesta automática, cosa que por otra parte  ha sorprendido a la dependienta, no se si por hacerme cargo de la apuesta o por no echar dos euros más con el formulario. No soy supersticioso, sí, puede que toque precisamente esa apuesta que llevo en la cartera sin validar, seguramente no me enteraría de ello, aunque ahora lo incorporo a mis sueños de riqueza por la apuesta que sí he pagado. La otra, soñar porque salga un número que no he jugado me sale gratis, y no sueño por el placer de imaginarme que soy rico, lo hago por pensar en lo que puedo hacer con esos dos euros si no toca esa apuesta, es solo un reintegro... no se, igual aprovecho y dentro de un par de semanas los uso en jugar otra vez o no se, igual me imagino que juego 1000 euros que no valido y en ese caso ya no es tan raro que me salga un reintegro de 1000 euros, con eso se puede hacer mucho más.

De todos modos parece que lo normal es pensar que las apuestas automáticas son de máquina, y aquellas en las que la máquina lee un papel para sacar los numeros y que la máquina saque el resguardo, esas... no son de máquina. Inculto que es uno... 

Después me he parado a pensar y he recordado como eran los resguardos de la quiniela cuando era pequeño, aquellos no eran de máquina, se sellaban y el resguardo era un calco, o te quedabas el original, ya no me acuerdo, pero ya quedan pocos que recuerdan cuando apostar no era nada automático.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Las cosas y los tiempos cambian que es una barbaridad... hasta las abuelillas están en la red... ese es un motivo más para que algunos estemos poco por aquí:))). No me refiero a que rechace el uso de internet por parte de los mayores, sino el abuso que todos hacemos de esto y de esos reenvíos.
Los boletos de primitiva también han cambiado, e incluso los sueños si nos tocaran...
saludos

Outsider dijo...

No había pensado en la evolución de los sueños, pero sí, también han evolucionado. Cosas como dar la vuelta al mundo en crucero, una moto o un coche increible y un apartamento en un ático de Nueva York ya no están en la lista de cosas que me gustaría hacer o tener. Mis sueños son mucho más asequibles que lo que lo eran hace treinta años, y sin embargo igualmente imposibles, la gran diferencia es que entonces aún pensaba que podría hacer realidad alguno de ellos y ahora, el único lugar en el que se convierten en realidad es en mis sueños, pues en el fondo sé que es muy improbable que llegue a convertirlos en realidad.