jueves, abril 23, 2020

La curva relativa.

Hay curvas que no lo parecen, la Tierra es un ejemplo y hay gente que efectivamente se cree que es plana. Por eso no me extrañaba que los periodistas y con ellos millones de anuméricos (analfabetos matemáticos) se dejasen engañar con las gráficas que nos mostraban, y nos siguen mostrando, la evolución de la epidemia del COVID-19.

Los datos lineales, esos en los que los ejes muestran siempre la misma proporción se disparaban de tal manera que era difícil de digerir la magnitud de los contagiados primero y de los muertos después. Llegado a un punto eran tantos los primeros que no tenía sentido poner en la misma gráfica los contagiados y el número de fallecidos.

La velocidad a la que subían ambos números era tal que alguien pensó que lo mejor era mostrarlos en una escala logarítmica. La curva, pasase lo que pasase, no podía hacer otra cosa que aplanarse.

En el eje vertical, número de contagiados, o muertos, y en el horizontal: el periodo de tiempo que se prefiera, días, semanas, meses o años. La cuestión es que una escala logarítmica sirve para poder jugar con números grandes, pero grandes de verdad y a estos efectos la población de un país no lo es.

La diferencia entre el punto 1 y el cero, son diez fallecidos o contagiados, pero entre el 1 y el 2, ya son 90. El logaritmo de 1000 es tres y el de 10.000 millones, es 10 así que no hace falta subir mucho en la tabla para llegar a un punto en el que hayamos superado ampliamente la población del planeta cuando en el otro eje, esa misma distancia no refleja más de 10 días, semanas, meses o años.

La magnitud de la epidemia hace que hasta el 4 (10.000) afectados, en todas partes se vea claramente una recta que inevitablemente se tiene que aplanar, ojo, lo haría aunque no se tomase ninguna medida para aplanarla, lo haría aunque repartiéramos virus enlatado entre la población para que se contagiase antes ya que la población del planeta es de 7.700.000.000 personas, por lo que nunca se podría rebasar la linea del 10. Da igual que en lugar de años pusiéramos lustros, o siglos y esto es más evidente cuando nos muestran el número de contagiados o muertos diarios.

El número de contagiados diario nunca será superior al número de test realizados, así que en primera instancia siempre se encontrará con el techo de la capacidad de realizarlos. Después, si insistimos en los gráficos logarítmicos, en España vivimos 50.000.000 personas, así que el límite, estará, en el peor caso,  en algún lugar entre el 7 y el 8... suponiendo que nos contagiemos, o muramos todos. Curiosamente, la curva no parece tan distinta si se llega a un millón de contagiados, en el 6, y a fecha de hoy ya hemos superado con creces el 5. Vamos que del 5 al 8 solo van 3, y es la diferencia entre lo que ya hemos pasado y lo que pasaría si llegásemos al punto en el que no quedase ni uno sin contagiar.

Cuando en España se decretó el estado de alarma habían muerto unas 150 personas y el número de casos alcanzaba los 2000. Son muchas las voces que dijeron entonces, y aún lo siguen diciendo, que se tenía que haber reaccionado mucho antes. No digo que no, pero es curioso que sean esas mismas voces las que ahora solicitan que se relajen las medidas de confinamiento y cuarentena por lo que se va a dejar salir a los niños a pasear, entre otras medidas, cuando la cifra de muertos diarios todavía es de más de 400 y el de casos aun supera los 4000.

Esos 4000 significa entre otras cosas que aún hay muchos focos incontrolados en los que contraer el virus, y eso a pesar de la cuarentena. ¿Que pasará cuando esta se relaje?, ¿en que están pensando esos alcaldes que ofrecen sus pueblos para experimentar con relajar medidas para intentar recuperar la temporada turística?

Lo fían todo al calor del verano, como era como una gripe... ya. Pero no lo saben. Nadie lo sabe. Lo que sí parecen saber es que no muere más de un 10% y alguien ha decidido que se puede prescindir de esa gente porque la alternativa es una crisis que puede provocar más muertos o una pérdida económica equivalente. ¿Que valor se le da a cada vida?, pues cuando digan el dinero que han perdido aquellos que dicen que hay que volver a trabajar a costa de los muertos que sea, se podrá hacer la división pertinente para valorar el precio de una vida humana. Como valor de referencia se puede coger el que sale en una serie de TV (This is Us) donde en el primer episodio de la tercera temporada se menciona que se pagaban unos 1200 dolares por cada víctima colateral cuando se liquidaba un terrorista talibán.

Lo de aplanar la curva se mencionaba para no superar el umbral de la capacidad del sistema sanitario. Cuando muere gente que no puede acudir al hospital hay un sentimiento general de abandono. La enfermedad sigue sin tener cura, si aumentan los contagiados, seguirán incrementándose las defunciones, pero mientras se mantenga por debajo del umbral vamos bien. Quien sabe, igual en octubre vuelve a coger fuerza el virus y no hayan suficientes ayudas para quien no pueda ya comprar la comida o pagar la calefacción. Si la alternativa, como pasa en más de un lugar del planeta,  es la de ver como la gente asalta supermercados, farmacias y huertos, pues es fácil intuir el dilema ético en el que se encuentran los gobernantes de los distintos países.

Con suerte ya nos habremos acostumbrado a las cifras de muertos y ya no les daremos importancia como no se la damos al número de muertos por cáncer. En 2018 murieron en España solo de cáncer de bronquio y pulmón  22.153 personas. (Fuente INE), total, seguramente en 2020 morirán muchos menos de cáncer porque ya los habremos contabilizado como fallecidos por COVID.

Ahora bien, los número generales y asépticos están bien para las ruedas de prensa y los políticos, pero me imagino a aquel que dentro de pocos días saque a los niños a pasear, donde no podrán interactuar con otros niños ni subir a los columpios en el parque, y aún así, habrá quienes contraigan la enfermedad, la lleven a casa y se lleve a otro por delante, seguramente un familiar. Por mucho que sean números aceptables... me pregunto yo con que cuerpo se quedará si se da cuenta de que ese muerto lo ha provocado esa necesidad tan imperiosa de salir a la calle.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. De esta piedra aprenderemos mucho, pero pondremos en práctica muy poco. lo único bueno que parecía que íbamos a sacar de todo esto era un planeta más limpio y si hay algo que tengo claro es que cuando todo esto se relaje, es decir, cuando ya no importen los muertos aunque se sigan produciendo, se retomará la producción de contaminantes porque los que tienen el poder pensarán que si de todos modos nos vamos a morir, que sea haciéndoles más ricos a ellos.

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