Hace un tiempo vi una cita de Carl Sagan que dice algo así como que es imposible convencer a un creyente de la no existencia de su Dios pues en primer lugar tiene necesidad de creer. Por ello no voy a intentar demostrar la no existencia, solo voy a introducir un pequeño matiz que dejará indiferente al ateo y será tachado de hereje por el creyente.
En primer lugar vamos a partir de que efectivamente Moisés, o por lo menos un alguien, inició la escritura de la biblia.
Siendo que Moisés no era inmortal, tuvo un nacimiento y por tanto no existía antes de su nacimiento.
Por ello, su capacidad de relatar lo que se indica en el Génesis no es propia sino inducida o trasmitida por sus antepasados o revelada por Dios.
En el caso de que fuera trasmitida por sus antepasados, no habría sido Moisés sino otro alguien quien inició la Biblia y la situación es la misma solo que cambiando el nombre, así que vamos a suponer que Dios le reveló el origen del universo.
Moisés, o quien sea, relata por tanto el origen de todo, incluido el origen del mal como una especie de guerra divina en la que una serie de ángeles "disidentes" son expulsados del cielo.
A partir de aquí tendríamos dos posibilidades, en primer lugar el hombre fue expulsado del paraíso y por tanto al no estar en el cielo, podríamos decir que nos encontramos en el infierno, lo cual, por cierto, explicaría toda la serie de maldades y calamidades de las que nos encontramos rodeados. Con esta posibilidad se llega a la conclusión de que el hombre es malo por naturaleza, y al igual que del "bien supremo" que es Dios pudo surgir el mal en forma de esos ángeles disidentes, también se puede dar el efecto contrario por el cual en medio de todo el mal en el que estamos inmersos, pueden haber pinceladas de bondad, a los que de alguna manera se les intenta recuperar para ocupar de nuevo un puesto en el cielo.
En primer lugar vamos a partir de que efectivamente Moisés, o por lo menos un alguien, inició la escritura de la biblia.
Siendo que Moisés no era inmortal, tuvo un nacimiento y por tanto no existía antes de su nacimiento.
Por ello, su capacidad de relatar lo que se indica en el Génesis no es propia sino inducida o trasmitida por sus antepasados o revelada por Dios.
En el caso de que fuera trasmitida por sus antepasados, no habría sido Moisés sino otro alguien quien inició la Biblia y la situación es la misma solo que cambiando el nombre, así que vamos a suponer que Dios le reveló el origen del universo.
Moisés, o quien sea, relata por tanto el origen de todo, incluido el origen del mal como una especie de guerra divina en la que una serie de ángeles "disidentes" son expulsados del cielo.
A partir de aquí tendríamos dos posibilidades, en primer lugar el hombre fue expulsado del paraíso y por tanto al no estar en el cielo, podríamos decir que nos encontramos en el infierno, lo cual, por cierto, explicaría toda la serie de maldades y calamidades de las que nos encontramos rodeados. Con esta posibilidad se llega a la conclusión de que el hombre es malo por naturaleza, y al igual que del "bien supremo" que es Dios pudo surgir el mal en forma de esos ángeles disidentes, también se puede dar el efecto contrario por el cual en medio de todo el mal en el que estamos inmersos, pueden haber pinceladas de bondad, a los que de alguna manera se les intenta recuperar para ocupar de nuevo un puesto en el cielo.
La otra opción parte de una verdad indiscutible, la historia la escriben los vencedores, por lo que en cualquier guerra, el ganador se considerará siempre como el bien que ha prevalecido sobre el mal. ¿Quien nos dice ahora que en realidad no fue el malo el vencedor de dicha guerra?
No hace falta analizar la historia de la humanidad en profundidad para descubrir que desde la creación de la humanidad toda actuación divina como las actuaciones de su creación "a su imagen y semejanza" han sido mas bien tirando a malvadas, no solo consigo mismo sino también con la tierra y los demás seres que en ella habitan.
Al mismo tiempo hay un porcentaje de bien que no hace ni tan siquiera sombra al mal que nos invade, ¿no será ese pequeño bien lo único que es capaz de darnos ese ángel caído?
De todo ello concluyo que no puedo garantizar que no exista Dios, pero que de existir, es definitivamente la mejor definición del mal que existe, y por ende, no puedo garantizar la existencia de Satán, pero que en todo caso, de existir, no es más malvado que el Dios que le expulsó del cielo.
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