domingo, enero 22, 2012

Rio revuelto.

Ganancia de pescadores...


Después de tantos años construyendo el refranero se hace difícil encontrar un escenario que no se haya dado ya. Me hace gracia escuchar los datos económicos, cuando dicen que el paro o los beneficios han retrocedido a 2002... o a sus niveles de 1993... me da igual el año... recuerdo la mayoría de los años que mencionan y no eran tan distintos dos años arriba o abajo. Lo que no recuerdo es que entonces estuvieramos tan mal, en todo caso yo no recuerdo que se hiciera tanta publicidad.

Sí recuerdo por ejemplo que los tipos de interés fuesen altos... que el precio de la vivienda me parecía prohibitivo y que a los funcionarios les congelaban el sueldo o se lo subían minimamente en pro de la austeridad pública, pero no se hablaba de estar retrocediendo a los niveles de ningún tiempo anterior... cosa que estarían haciendo con toda seguridad porque si entonces se estaba tan mal lo era en comparación a algún año anterior así que es evidente que hubo un crecimiento económico que decreció después. Es decir... en algún momento antes de entonces se había estado igual de mal... y por extensión, igual que ahora.

De entonces ya no tengo recuerdos, jugaba feliz en la calle ajeno a la problemática económica pero los tipos de interés y la inflación se hacían la competencia. Había quien pagaba un interés del 18% por su hipoteca, es decir, había quien recibía ese interés por el dinero prestado. En un lugar en el que la inflación es alta, digamos del 18%,  unos intereses del 18% son equivalentes a prestar sin beneficio.

Claro que esto presupone que el que presta vive y gasta en el mismo lugar en el que presta su dinero. Si por el contrario, vive en un lugar en el que la inflación es del 3% y presta su dinero en otro lugar a un interés del 18%, gana mucho dinero.

De hecho, cuando por el contrario se vive en un lugar donde la inflación es del 20% y se presta en otro donde el interés es del 19%, se pierde dinero.
 

De todos modos, la tónica habitual ha sido la de producir dinero para  poder pagar los intereses, se estaba recuperando la filosofía de los primeros salarios... se pagaba con sal, se pagaba con lo que escaseaba. Alguien debió descubrir que poniendo un poco de mar a secar, se producía mucha sal y según mejoraron los medios de comunicación, el dinero de entonces se podía recoger en la playa... sin trabajar.

El dinero de ahora, como la sal de entonces... se puede simplemente buscar donde hay más. Es suficiente con buscar donde produce más interés y vivir en un lugar donde la inflación sea menor... y se recoge como la sal.


Alguien se dio cuenta de ello y el agua pareció calmarse... solo se alteraba en lugares donde no podían pagar el interés, donde el interés subía al mismo ritmo que bajaba la cotización de la moneda... ahí no cobraban en dinero, lo hacían en bienes, petroleo y otras materias primas, pero si son muchos los pescadores... el beneficio también se reduce.

Tocaba descubrir nuevos caladeros... y nacieron las agencias de calificación. De algún modo convencieron al mundo de que ellos, y solo ellos sabían donde se podía invertir el dinero. El sistema era simple... se afirmaba que un lugar era fiable y se invertía en función de la fiabilidad pero por ser fiable, el tipo de interés era menor, es decir si el inversor vivía en un lugar en el que la inflación fuera menor, no ganaba.

Supongamos que soy una de esas agencias de calificación y tengo un amigo con una empresa que no produce, en realidad pierde dinero, pero la califico como rentable y consigo que otros, por el mero hecho de estar calificada como AAA+ invierten dinero en la misma. Como es "fiable" el interés que produce a esos inversores es muy bajo. Entonces le digo al amigo que no utilice el dinero recibido en su empresa. Busco otra empresa que sí produce y la descalifico. Por un lado incremento el número de inversores de la empresa de mi amigo porque no tienen otro lugar en el que invertir, y al tiempo reduzco la cantidad de dinero necesario para producir el mismo beneficio en la empresa que si producía. Revolvemos el río y ganamos dinero sacando sal del mar sin necesidad de construir salinas. ¿A alguien le sorprende ahora que las agencias de calificación ganen dinero?

En toda esta construcción hay algo en lo que no han pensado... cuando las cosas van realmente mal a suficiente gente... da igual el dinero que tenga el que lo tiene todo... no sirve para nada y tarde o temprano, le cortan la cabeza.

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