domingo, noviembre 28, 2021

A vueltas con la vida. (eso que tu me das. Pau Dones)

 Ayer fué Almudena Grandes la que nos dejó por un cancer a los 61, en junio nos dejó Pau Donés con 53 por cáncer de cólon. La covid se ha llevado por delante a mucha gente, pero el cáncer sigue siendo una de las principales causas de defunción en España. En el año de la covid fué la segunda, pero no detrás del coronavirus, la primera fueron los problemas del sistema circulatorio. En total, 109.706 personas.

En 2020 murieron 0.3% menos personas por tumores que en 2019, es decir, con todos los que murieron por covid en España durante el mismo año, practicamente no se notó en la incidencia de defunciones por cáncer. Habrá que ver en años sucesivos, siendo que la merma de recursos de la sanidad ha hecho disminuir la capacidad de detección de los tumores y por tanto, la supervivencia a los mismos ha disminuido consecuentemente.

Ya he dicho más de una vez, las personas tenemos fecha de caducidad, hasta la fecha no se conoce de ningún caso que no acabe muriendo de una u otra causa. La persona que más vivió desde que hay registros lo hizo 122 años en Francia, dando por cierto, que lo dudo, que ahora se viva más que antes, esa sería aproximadamente la longevidad máxima de la especie humana. La última de la lista de las 100 personas que más años han vivido no pasó de 114 años. La esperanza de vida en España disminuyó durante 2020  y quedó en poco más de 82 años, casi un año y medio menos que en 2019 por causa de una enfermedad que no fue la primera causa de mortalidad, ni la segunda. Es decir, la esperanza de vida es algo así como la esperanza de que nos toque la lotería, pero en ambos casos llega un momento en el que no toca, es decir, toca más bien todo lo contrario y esperanzas de vida presentes no aseguran esperanzas de vida futuras y en cualquier caso no dicen nada de lo que cada uno va a vivir.

Hasta en los casos en los que se diagnostica una enfermedad incurable, todos nos cogemos a esos datos que dicen que un porcentaje, por pequeño que sea, ha sido capaz de esquivar el sorteo del cáncer para seguir en el otro, ese que dice que al final nos morimos de todos modos pero sin fecha definida que por otra parte puede ser anterior a la que la enfermedad ha fijado como más probable.  

Pau Donés fue de aquellos que se enfrentó a su enfermedad, pero asumió su fecha de caducidad sin perder la sonrisa. Me imagino que pensó que le habían quedado muchas cosas por hacer, lamentó lo que dejaba atrás y seguramente habrían sus escalas de blancos, grises y negros, solo tiene ganas de morir el que no sabe como vivir. Los demás, lo cogen como pueden. Los religiosos se agarran a su unicornio de colorines pensando que vivirán mejor... me llama la atención los musulmanes que en su paraiso harán todo lo que estaba prohibido en este mundo, ¿se volverán católicos?

Los que no creemos en nada parece que somos los que más crudo lo tenemos, el único consuelos que nos queda es pensar que pudieramos haber dejado una huella, preferiblemente positiva, por la que nos pudieran recordar en el futuro, pero es algo que solo les ocurre a unos pocos. Hay una tribu en áfrica que conmemora su particular día de difuntos sacando a los muertos de sus tumbas, de alguna manera creen que siguen vivos mientras alguien los recuerda, y hasta cierto punto así es. De aquel que no hay ningún recuerdo ya no se puede decir que vivió. Por las mismas, hay gente que vive sola y nadie sabe de ellos, solo están vivos para sí mismos.

Hace poco leí que en realidad todos somos ateos. Solo nos diferencia de cada religión en que creemos en un dios menos que ellos. Los católicos también niegan la existencia de todos los dioses que han existido antes y después de que apareciera el suyo hace unos 6000 años. Es decir, no creen en ninguno de los dioses de las 4199 religiones activas que hay en la actualidad, solo nos diferencia que nosotros no creemos en una más, en 4200, más todas las demás que dejaron de existir en los 6 millones de años que se estima que llevan los homínidos en la tierra, 200.000 años si nos quedamos en algo que se nos parece algo más que a un mono.

Las religiones solo sirven para buscar una escusa para vivir por encima de esos 82 años, eso en España, que en Lesoto esa esperanza de vida no llega a los 53 (como Pau Dones). En Guinea Ecuatorial... que fué una provincia española,  la esperanza de vida se quedó en 59,8 años (Poco menos que Almudena Grandes), lo que viene a decir que la esperanza de vida evoluciona y no siempre a mejor. 

El ateo supone que no hay nada, y si se encuentra algo, pues siempre podremos echarle en cara el sufrimiento que ha causado. En cualquier caso, dado que no creemos en nada más allá, nos quedamos con lo que hay en este lado, y no damos gracias a ningún dios, se las damos a los amigos, a los compañeros y compañeras y a todos los que crearon buenos momentos, simplemente nos dedicamos a vivir la vida y a que valga la pena vivirla. Por eso pienso que sería bueno que dedicasen algo más de tiempo, dinero y exfuerzo a luchar contra una enfermedad que no solo mata, también reduce a la mayoría las alegrias por vivir.

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