martes, junio 23, 2020

Lecciones no aprendidas. Primero de Apocalipsis.

La crisis económica se impuso a la sanitaria, es obvio, y por ello los hoteles empezaron a recibir turistas; sobre todo alemanes, como no podía ser de otro modo si la economía de la mayor empresa turística del continente está precisamente afincada en Alemania. Para eso no se tiene presente que un solo brote del virus en Alemania ha resultado con más de 1500 positivos. Dicen que está controlado, ¿tan controlado como cuando solo habían diez casos en toda España?

Pero es que en España también tenemos unos cuantos brotes, todos controlados. Lo que en realidad quiere solo decir que en esta ocasión no se están haciendo las pruebas unicamente a aquellas personas que han pasado por China y que presentan tres de los síntomas. Se investiga más, pero no significa que se haya  controlado a todos los contactos que haya podido tener el enfermo, sintomático o asintomático. La fórmula es simple, si resulta que para entrar en un lugar te tienes que cepillar la suela de los zapatos en lejía reducida, hay que usar un gel hidroalcohólico para eliminar los virus que hayamos podido poner desde la última vez que nos lavamos las manos e incluso hay que ir con mascarilla a todo momento, ¿me quieren decir que han controlado a todos aquellos de entre los infectados que hayan llevado la nariz en modo tiburón, con la aleta por fuera del contorno azul del papelillo ese al que se le escapa el aire por todos los lados?, ¿Han mirado que no ha tosido por debajo de la mascarilla en el super o que se ha puesto la mascarilla al reves para no pringarse con sus propios mocos? ¿han comprobado que es lo que ha tocado cada vez que se ha sacado un moco de la nariz por debajo de la mascarilla? ¿que pasa con los de la mesa de al lado en el chiringuito en el que tosió cuando se le atragantó una patata frita?

Las medidas con las que se considera que los focos estan controlados se me antojan similares a decir que las hormigas no pueden entrar en casa porque hemos cerrado la puerta. Los virus se rien de los arcos que ponen en la entrada de los pueblos para fumigar los coches porque tienen la mala costumbre de ir sobre todo dentro de las personas y de éstas pueden pasar para quedarse un tiempo dentro del coche, pero ¿fuera del mismo?, algo así como las esponjas con lejía para entrar en los sitios. El virus se rie desde la repisa de la mascarilla al mirar como nos limpiamos las botas. Cerrar la puerta hará que las hormigas voladoras, las menos, puedan entrar en la casa volando. Pero la mayoría ven el hueco que hay entre la puerta y el suelo como si fuera el arco del meridiano de Greenwich en la autopista de Zaragoza a Barcelona, no tienen que agacharse para pasar por debajo. El virus sale por la boca en cantidades ingentes y sí, los hay que tropiezan con la mascarilla y no pasan. Pero los que usamos gafas hemos podido comprobar que entre la mascarilla y la nariz hay unos huecos por los que se escapa el aire que nos empaña las mismas. Ese aire tiene virus que pasa por los huecos mejor que lo que lo hacen las hormigas por debajo de la puerta.

Decir que una mascarilla tiene una protección del 70, 80, o 95% nos hace sentirnos seguros aunque en realidad no comprendemos lo que significan esos números. Si las mascarillas fueran tan efectivas no entiendo como no las adoptaron todos los ejércitos del mundo para proteger a sus soldados en caso de ataque biológico, a fin de cuentas el tamaño del virus no debe ser mayor que el de los componentes tóxicos con los que están hechas y no hacen falta cámaras de desinfección ni cosas por el estilo, las mascarillas no solo detienen el virus, también lo matan. Ja.

El confinamiento tampoco mató el virus, solo hizo que la falta de contactos redujera la velocidad de contagios. Tan solo estabamos ganando tiempo, tanto como el que estamos perdiendo ahora al volver a abrir. Hemos aplicado una versión algo equivocada del principio de la tormenta. Refugiarse hasta que escampe. No había forma de asomarse para decir que había dejado de llover, porque la lluvia la habíamos metido dentro de las casas, el virus no estaba fuera como si se tratase de una nube que nos moja cuando suelta su agua y que si no se ve la nube, no puede mojar. El virus estaba con las personas que se confinaron y allí se mantuvo, pasando lentamente de unos a otros ya que el contacto no se perdió aunque fuera a menor escala.

No hemos aprendido de ello. Si el ciclo del virus dura 20 dias y hemos estado encerrados más de 20 días no debería quedar virus, pero ya se sabe que se puede contagiar asintomáticamente así que el día 10 puede pasar a otro miembro de la familia, que veinte dias mas tarde se lo pasa a un conocido que otros tantos después se lo pasa a otro esquivando la cuarentena como si del bajo de una puerta se tratase. Si el virus hubiera resistido, entre los casos nuevos que se producen, alguno debería mostrar síntomas y algún otro enfermar y hasta morir, sería un signo de que no hemos solucionado el problema. ¿Ha pasado eso?, pues sí, sin duda, pues siguen surgiendo casos y siguen ingresando enfermos. Lo siguiente es aplicar la teoría del caos para ver que su expansión sigue siendo imparable. En ocho dias se han reportado a la OMS tantos casos como en los tres primeros meses. Y en ese reporte no se tiene en cuenta que la tendencia actual es la de minimizar los casos no sea que nos afecte más de lo que ya nos afecta. Si en febrero se estaba minusvalorando la pandemia porque no se producía dentro de nuestras fronteras, ¿porqué ahora ignoramos el hecho de que hay muchos, muchísimos casos más que los que había cuando al final nos dimos cuenta de que también nos afectaba?

Y digo nosotros, pero me refiero a cualquier país del mundo, estamos todos en la misma pelota y del mismo modo que en su día muchos se quejaron de que no se habían hecho las cosas que habían hecho otros para evitar el desastre, ¿por qué ahora no nos volvemos a aplicar el cuento cuando vemos la reacción de China por 100 casos en Pekin o la de Corea por 20 en una discoteca?

El verano no ha parado el virus, también es un hecho, está  resultado como una especie de cuarentena de bajo coste que lo frena pero no lo para. Es como los muros de arena que hacen los niños en el mar para contener las olas, si están a suficiente distancia dan la impresión de que funcionan pero si esperamos a que suba la marea no aguantan nada. Y ahora está subiendo la marea, y lo único que somos capaces de hacer es construir muros de arena con mascarillas de mentiras mientras tiramos litros y litros de lejía a las calles. Si fuera médico estaría ya temblando, no se ha desactivado el virus y la vacuna está aún por llegar así que van a hacer falta muchas camas otra vez. Los gobiernos gastaron todos sus recursos en los muros de arena de los niños en el mar y seguramente ya estaban pensando como recortar gastos, algo que afecta a la sanidad y por tanto reduce el tamaño de la pared de arena con la que paramos las olas del mar.

Yo, por si acaso, ya iría pensando en volver a llenar las despensas. A los que puedan, que vayan plantando y empezando a criar lo que puedan comer dentro de unos meses porque puede llegar el punto en el que los supermercados se queden sin mercancías, ¿nadie se ha preguntado quien produce toda la carne que procesaban 7000 personas en esa empresa de Alemania?, ¿cuantas empresas se pueden cerrar sin que se note que no hay comida en el super?

No hay razones para pensar que se vaya a poner peor de lo que ya se ha puesto, o sí, que haya más gente sin recursos puede llevar al punto de que empiecen a asaltar supermercados para conseguir comida y son imágenes que ya hemos visto. Sí... se amparaban en manifestaciones anti-racismo, pero estas no surgieron en un momento en el que hubiera más racismo que antes, el detonante fue el asesinato, pero en el ambiente había mucho comburente, cada vez hay más y cualquier fuente de energía puede empezar de nuevo el fuego.

Pero que nadie diga que no se veía venir. Volveremos a estar en estado de alarma, no me cabe ninguna duda, aunque puede que ahora lo hagan por partes porque se crean que cuando cierren un barrio o una calle hayan dejado a todos los contagiados dentro. Es factible... pero habría que hacerlo ya, y no se ha hecho así que cuando se declare el estado de alarma en tal o cual zona, pueblo, ciudad, provincia o región, ya será tarde y se habrá extendido fuera de la misma por lo que tendrán que ampliar la misma otra vez y no se si acabaran cerrandolo todo de nuevo. No lo se porque ahora no bastan 10, 100 o 1000 muertos para reaccionar, necesitan más para que nos volvamos a confinar de nuevo, para que nos creamos de verdad que en la guerra todo se puede volver a reconstruir menos las vidas que se hayan perdido.

En primero de apocalipsis se ve como el mundo se derrumba, es mi teoría de los caracoles en la que van saliendo de su concha al notar el calor del agua, pero prefiero referirme al apocalipsis porque todos han visto series como The Walking Dead Cuando empieza, da la impresión de que todo está controlado, pero no lo está. Puede pasar un tiempo antes de que el desmoronamiento sea general, en realidad nadie percibe el desmoronamiento general, cada uno piensa que ha llegado cuando le afecta directamente aunque tan solo le afecte a él. Lo que está claro es que sea como sea, los que sobreviven son los que mejores medidas tomaron para evitar el desastre. En este tipo de series nadie evita nada, resulta inevitable, pero solo los que toman medidas son los que consiguen sobrevivir. Hoy por hoy los gobiernos empiezan a perder la sarten del mango, en las películas lo siguiente que se pierde es la seguridad y con ella la sanidad, sería una serie de elementos de una nueva pirámide de Maslow pero no para decir como se llega a la plena satisfacción, sino para señalar los pasos según los cuales se pierde la que se haya podido llegar a tener. Igual suena algo catastrofista, pero el tiempo dirá si tenía razón. A la gente que tome medidas, si no pasa nada, tendrá gallinas o patatas para una temporada.... si acaba pasando, las que no las tengan, no tendrán nada para comer.


1 comentario:

Siesp dijo...

Es evidente que este virus no vino con manual de instrucciones. Y con el paso del tiempo en Europa hemos conseguido reducirlo a una enfermedad crónica, es decir, si comparamos las cifras de muertos por coronavirus hoy en día en cualquier país europeo es muy inferior a la de muertos por la gripe o por accidentes de tráfico. De manera que vamos camino de convertir esto en algo crónico a la espera de la correspondiente vacuna.

Pero lo que dices es muy importante y pone de relevancia que la propia población no se comporta con el respeto que se le debe de tener a una enfermedad nueva. Lo de los controles de autoridades respecto a brotex no dejan de ser más que la propia asunción de enfermedad crónica cuyas perdidas son muy inferiores a las ganancias que se obtienen manteniendo la actividad económica de un país. Digamos que, en los países denominados avanzados hemos asumido el coste de mantener lo más cerca de la normalidad nuestro propio nivel de vida.

Un abrazo