lunes, diciembre 02, 2019

Hipocrecologismo.

Iba a hablar de la cumbre del clima, esa a la que van miles de personas para llegar a la conclusión de que hay que hacer algo para mitigar la sexta extinción masiva, la del holoceno, es decir aquella que provoca básicamente la actividad humana, y sí... muchas propuestas pero hacer, lo que se dice hacer, no se hace nada salvo que saquen rédito de ello.

En medio, una niña que parece que va a sacar ninguna ingeniería ni va a desarrollar ningún medio que permita depurar el agua o limpiar el aire y que se permite no viajar en avión porque hacerlo en barco es mucho más ecológico.

Así fue hacia chile y ahora de vuelta en un catamarán propiedad de una familia que lo tiene simplemente para dar la vuelta al mundo. Me imagino que esa niña no se ha parado a pensar en la energía que se ha utilizado en la construcción de un barco que solo sirve para ir de vacaciones a una sola familia, y en todos los plásticos que llevan encima... por no decir de lo que hagan o dejen de hacer con todos los desperdicios que vayan acumulando a lo largo de los días. No se mucho de barcos... pero si tienen vateres químicos... pues eso, quimica al medio ambiente y si no los tienen, pues tenemos que la mierda va directamente al mar, con lo que hayan utilizado para limpiarse el culo.

Sí, ya se, los peces cagan en el mar, pero el dilema ético de fondo es otro. Una medida sería ecológica si se pudiera poner en práctica por todo el mundo y no solo por unos pocos. Así que efectivamente, si tiramos todos los residuos orgánicos de una ciudad al mar sin depurar estamos contaminando el medio ambiente. Pero no lo hace la ciudad, sino que es responsabilidad de cada uno de los que deposita sus heces en el retrete, y da igual que éste se encuentre en medio del mar. Si todo el mundo tuviera un yate... serían muchas mierdas juntas. La respuesta ecológica no es ir en barco en lugar de hacerlo en avión. Lo ecológico es no ir en referencia a los pasajeros o no comprar nada que no se pueda recoger andando en referencia a las mercancías aunque claro está, ello supone un cambio que hoy por hoy nadie aceptaría, ni los ecologistas más convencidos.

La niña, por otro lado, es vegana, una filosofía curiosa que surge del pensamiento de la conciencia animal. No comer carne por considerar a los animales como seres sintientes y disfrazarlo de ecologismo, que es lo que más vende. Se habla de los kilos de vegetal que se precisan para producir un solo kilo de carne, más los costes de transporte y el coste energético del proceso como si lso camiones que transportan naranjas no contaminasen y el tratamiento al que las someten antes de transportarlos fuera ecológico.

Lo ecológico en este caso es tener huerta propia, pero, ¿que tamaño ha de tener un huerto para sostener a una familia?, a fin de cuentas se precisan cultivos para todo el año, la niña de antes es de Noruega... ¿como le llegan las verduras que consume? ¿en bicicleta?, o ¿solo come patatas?

Lo que está claro es que hay demasiada gente, ¿una guerra mundial es ecológica?, ¿lo sería una pandemia que dejase la especie humana al borde de la extinción?

A todo esto... ¿que proponen que se haga con todos los animales esos a los que no se va a comer?, ¿matarlos?, si no los matan, no se soluciona el problema de la falta de verde, y si los matan, dejan de tener abono natural para el campo. En la India dejan que las vacas estén por las calles, algo desnutridas eso sí, supongo por la competencia por pillar la lechuga... ¿hacemos lo mismo con los cerdos?

Y ahora que menciono la lechuga... ¿es un ser vivo?, ¿lo es un aguacate?, ¿cuanta agua se requiere para cultivarlo?

Algo hay que hacer, claro que sí. En realidad sabemos tanto de los sentimientos de una lechuga como del tiempo que nos queda para no tener vuelta atras y condenar el planeta a convertirse en otro planeta desierto del sistema solar.


No hay comentarios: