¿Declaración
unilateral de independencia?, no, claro que no, aunque la CUP se lo
tomará como una traición de sus socios ya que els mossos recibirán
órdenes para contener las revueltas… contenerlas, pero poco,
porque sí quieren que se escuche ruido. No será mucho más fuerte
que el que se escucha cuando desalojan un local ocupado por
anarquistas pero bien orientado a la hora de poner las noticias
tendrá parecido con manifestaciones a lo Tiananmen. La policía
nacional y la guardia civil tendrá enfrente manifestaciones de
sonrientes exaltados con papeletas impresas en sus casas para ir a
inexistentes puntos de votación, dará igual si las urnas existen o
no, dará igual si después aparecen llenas de votos aunque nadie
haya podido depositar el mismo porque en realidad contarán los
votantes por el número de gente que se haya agrupado enfrente de
cada colegio electoral y la foto fundamental será la de los policías
retirando las urnas aunque estas sean simples cajas de cartón llenas
de papeles. Es importante que parezcan urnas en la televisión, no
que lo sean. A los observadores invitados se les dirá que los
interventores están detenidos así como los integrantes de las mesas
y aquellos podrán decir que efectivamente el Estado ha paralizado un
referendum democrático… aunque obvien el hecho de que un gran
porcentaje de los “convocados”, el que coincide con la mayoría
de los que habrían votado no, no lo habrían hecho porque les han
dicho que no lo hagan ya que es ilegal. No importará que se exhiban
las banderas con las que invitan a votar en un único sentido,
tampoco habrá una jornada de reflexión… todas esas cosas de la
democracia se pueden obviar en nombre de la democracia aunque poco a
poco pierde su talante y se vaya convirtiendo en lo que realmente es.
Ya les han dicho a
cada cual en que lugar tienen que manifestarse, en realidad hay menos
colegios de los necesarios para poder votar, pero es que hace falta
que en cada uno de los puntos indicados haya una masa crítica
suficiente para protestar cuando aparezca la policía. Tienen que
estar exaltados y sonrientes y casi pacíficos, es inevitable que
muchos opten por no estar pacíficos. Es lo que tienen las masas, se
autoalimentan y la naturaleza humana hace el resto, cuando uno no es
capaz de contar cuantos son se acaba creyendo que allí están todos
los que son y que el resto, los que no están, no existen. Lo
recuerdo porque estuve en manifestaciones estudiantiles cuando lo del
cojo manteca y pensábamos que estaba toda España en la calle,
parecía algo importante, una fiesta y eso es lo que creen muchos
ahora, que es una fiesta.
El objetivo,
sentarse a hablar para provocar otro referéndum, ¿y cuantos van?,
los que hagan falta para que al final se haga uno en el que se diga
que son independientes. Sus dirigentes evitarán la cárcel porque
saben que eso les convertiría en mártires pero si les llevan a
declarar por cualquier delito sabrán convertirlo en un gran abuso de
autoridad, lo cierto es que si desean comportarse como políticos
españoles (los catalanes cuentan como españoles en este sentido) al
uso de los últimos tiempos habrán podido robar a manos llenas pues
llevan mucho tiempo intentando gastar sin que se vea en qué, por lo
que pueden tener tentaciones de meter mano a la saca. A fin de
cuentas, Mas está pidiendo dinero para pagar sus multas y fianzas,
no hace falta meter la mano, convencerán al resto para que les llene
el bolsillo, aunque esto es accesorio.
El principal
problema para no irse ya es que aún no tienen el poder de la
recaudación. Necesitan poder quitarse la policía de encima al
tiempo de que convencen a sus ciudadanos de que ya han ganado para
que paguen sus impuestos en una hacienda catalana. Además, les dicen
que tienen que seguir reclamando sus sueldos de pensionistas y
funcionarios al gobierno de España. El lema aquel de “España nos
roba” se podría convertir en “y ahora nosotros robamos más”
aunque no se escuchará en las noticias. La intención es la de
colapsar la nación provocar el cambio y un efecto contagio en algún
que otro lugar. Debilitar un gobierno débil y forzar los mecanismos
que les permitan irse. La ruina, para todos, está garantizada
durante los próximos 15 años. Ahora ya tachan de extrema derecha a
cualquier manifestación que se produce con banderas españolas e
incluso catalanas o aragonesas. Si consiguen que España se caiga, es
posible que también deshagan un poco de Europa, si no les admiten no
les importa, si todo está roto, ellos serán un pedazo más.
Los mercados caerán,
sobre todo los locales, la inversión extranjera se volcará en los
bonos de otros paises no involucrados, Portugal será un curioso
beneficiado de la fuga y por supuesto, Alemania cobrará por mantener
el dinero a salvo en sus bonos lo que hará que las primas de riesgo
sean tan lejanas como imposibles de pagar.
Todos se echarán
las culpas de lo sucedido, porque todo se habrá ido de madre pero
entre las lamentaciones, aquellos que han guardado dinero robado en
otros lugares seguirán viviendo sin problemas.
Nadie habrá pensado
individualmente, aunque cuando la mayoría empiece a pasar hambre es
posible que sí lo lamente más de uno, empezarán los pillajes, los
asesinatos y las venganzas. Los comités de defensa eliminarán
disidentes y los que realmente lo sean se apuntarán a eliminar
comités de defensa pues comida no habrá pero empezarán a aparecer
armas con las que yugoslavizar el país y obligar al resto de
naciones a tomar partido o a marcar distancias para evitar el
contagio.
La oclocracia será
todo lo que se vea pero no será hasta dentro de unos años,
probablemente demasiados para la mayoría, cuando se vea quienes han
salido mejor parados, quienes han ganado con el conflicto. Quienes
conforman la parte visible de la isquirocracia actual. Muchos de los
actuales manifestantes se sentirán engañados, aunque se engañarán
doblemente al argumentar que estaban peor antes o que en todo caso
han decidido por quién dejarse engañar.
Ya nadie saltará
las vallas porque una de dos, ahora serán más contundentes
parándolos o simplemente no habrá nadie que quiera cruzar...
¿Ficción?…
ojalá.
La versión optimista... otro día.
La versión optimista... otro día.
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