domingo, septiembre 24, 2017

¿Estado de Excepción en Cataluña?


Hay una ley no escrita que si no la ha dicho nadie antes me la invento yo y reza lo siguiente. "Para poder construir algo hay que empezar rompiendo".
Da igual que sean los muebles del ikea, siempre empezaremos rompiendo el embalaje y si retrocedemos en el tiempo, alguien habrá roto los árboles para producir madera y estos para hacer conglomerado. La tierra la habremos roto para sacar sus minerales y si se trata de reciclar habremos roto los vidrios, las latas, el papel y cuanto se haya tirado al contenedor para producir nuevos materiales.

Por eso puede que las cabezas visibles del golpe de estado que supone la secesión catalana consideren normal que para conseguir su objetivo tengan que romper todo lo que se pueda romper empezando por las leyes a fin de cuentas una secesión es una ruptura con lo existente.

Curiosamente la palabra secesión no está en su vocabulario. Prefieren la palabra independiente, aunque como no lo son, dicen que son independentistas, pero España ya es independiente por lo que todos sus habitantes también podrían catalogarse de independentistas que sería la forma de designar a quienes quieren seguir siendo independientes.

Si en Portugal hubiera un referendum para elegir si se unen a España o siguen siendo independientes, los independentistas serían los partidarios de seguir igual, y los unionistas serían aquellos que quisieran perder su independencia para unirse, en las condiciones que fueran, a un ente más grande.
Así que Puigdemon y compañía no son independentistas, son secesionistas, pero claro, no suena igual.

También saben que el referendum no es legal ni vinculante a ojos de nadie. No lo necesitan, en realidad no lo quieren, porque tampoco aceptarán que se haga un referendum en cualquier demarcación que quisiera mantener su "independencia" como españoles y seguir formando parte del mismo estado al que pertenecían hasta la fecha.

El objetivo del 1 de octubre no tiene ni ha tenido nunca como objetivo convertirse en una demostración democrática. Ya conocen los porcentajes que apoyan su secesión y no son suficientes básicamente porque en Cataluña también hubo una mayoría portando la bandera española cantando el yo soy español cuando iban ganando partidos en el mundial. Todo el mundo es susceptible de cambiar de opinión y hoy voto que sí, y mañana podría decir que no.
Un estado independiente (no se dice secesionado una vez lo consiguen pues de otro modo no habría ningún estado independiente, todos, absolutamente todos, fueron en algún momento producto de una anexión o de una secesión) necesita asegurar que no tendrá una nueva secesión ni que sus habitantes considerasen más positivo unirse a otro y eso pasa por convencer a más gente.
La ventaja de provocar una oclocracia estriba en que no se necesita una mayoría real. Solo hay que ser más en las calles. Si alguien hubiera utilizado cualquier manifestación antisistema contra el G-20 o cualquier otra en la que se precisasen de antidisturbios para deshacerla, habrían tenido imágenes suficientes para intentar convencer de que “su democracia” estaba siendo ultrajada pues al final no hay una diferencia sustancial entre las imágenes de una muchedumbre luchando por los derechos humanos con otra que lo hace por mantener la ocupación de un piso que no es suyo. Son policías desalojando con más o menos fuerza a otro grupo.

Varios cientos de manifestantes son suficientes para llamar la atención en cualquier manifestación, si en lugar de varios cientos se reúnen varios miles no es suficiente un grupo de antidisturbios para disolverla y se acaba declarando un estado de alarma, excepción o sitio según la gravedad de los hechos. Resulta curioso que Puigdemont asegure que hay un estado de excepción encubierto. Yo diría que el hombre ha visto muchas películas y confía en que aquellos que le escuchan hayan visto las mismas películas.

No creo que la fecha en la que se promulgó La ley orgánica 4/1981 de 4 de julio de los estados de alarma, excepción y sitio, sea del todo casual sino más bien una consecuencia del golpe de estado de febrero del mismo año. Si Puigdemont considera que ya hemos sobrepasado el de alarma y hemos llegado al de excepción es porque cree que se dan las siguientes premisas:
“Cuando el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, el de los servicios públicos esenciales para la comunidad, o cualquier otro aspecto del orden público, resulten tan gravemente alterados que el ejercicio de las potestades ordinarias fuera insuficiente para restablecerlo y mantenerlo, el Gobierno, de acuerdo con el apartado 3 del art. 116 de la Constitución, podrá solicitar del Congreso de los Diputados autorización para declarar el estado de excepción.”
Es decir, Puigdemont reconoce abiertamente que ha alterado tan gravemente el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, que ha corrompido de tal modo el funcionamiento de las instituticiones democráticas que considera necesario que el Gobierno solicite al congreso dicha autorización (el de alarma lo puede solicitar el presidente de una comunidad pero el de excepción es potestad del Gobierno… el de España en esa ley orgánica porque no creo que la República Catalana tenga otra ley que la defina).

Puigdemont habla… pero habla para la muchedumbre oclocrática que pretende provocar. Lo cierto es que por mucho ruido que hacen por las detenciones de aquellos que organizan el referendum ilegal, todavía no ha conseguido superar a la policía en sus manifestaciones, ni tan siquiera han conseguido que la policía se les enfrente y los únicos que han tenido enfrente han sido básicamente sus propias fuerzas de seguridad, els mossos, que aún los disuelven pidiendoselo por favor.

Aplicando el código penal se podría llegar a concluir que asediar y ostigar al policía que hace un registro en el ejercicio de sus funciones es sedición y su pena mínima es de 8 años. Quizás por ello sus dirigentes hacían llamadas a la calma, querían ser pacíficos… es decir cubrir el expediente para que no pareciera un “alzamiento público y tumultuario para impedir por la fuerza o fuera de las vías legales la aplicación de las leyes, el legítimo ejercicio de las funciones asignadas a autoridad, corporación oficial o funcionario público, el cumplimiento de sus acuerdos o de las resoluciones administrativas o judiciales”. (Art 544 y siguientes del código penal).

Pero si la cosa se vuelve violenta, se parecería a un alzamiento público y violento para declarar la independencia de una parte del territorio nacional”, es decir sería un delito de rebelión… y la pena mínima no sería inferior a 25 años de cárcel (15 para los instigadores.) (Art. 472 y siguientes del código penal).
Es fácil entender porqué no paran de decir que es una cuestión política… si se aplica la ley, y las fuerzas de seguridad del estado son los instrumentos de los que dispone la justicia para hacerlo, el único resultado es la cárcel por lo que es seguro que ya tendrán preparada la foto para el evento. Quien dice la foto dice un número suficiente de personas para hacer ruido y que se escuche fuera, que lo escuchen todos y que en su desconocimiento de la ley, piensen que son los que la aplican, los que la incumplen.

Aun no los hay, pero aparecerán apoyos, todo intento de cambio de gobierno pone de manifiesto a aquellos que por detrás lo manejan y lo sostienen. Porque al final los que acaban mandando son unos pocos y si rascamos un poco seguramente descubramos que tanto el brexit en el Reino Unido, como Crimea en Ucrania están de algún modo relacionados con la pretendida secesión de Cataluña.

Otro día hablaré de fascistas, nazis y propaganda… de los dos primeros se ha hablado mucho en estos días, son siempre acusaciones cruzadas pero parece que los secesionistas consiguen que se les escuche mejor… su propaganda funciona mejor en este sentido lo que no deja de ser curioso cuando fueron precisamente los nazis los que inventaron la propaganda con la que los secesionistas consiguen sus objetivos.

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