¿Bajará el precio de volar en España o habrán más incendios en Madrid?

Respuesta corta: Ni de coña a lo primero... a saber, a lo segundo.

Respuesta larga:

La crisis laboral de los controladores aéreos durante el puente de la constitución nos permitió conocer, otra vez, que cobraban mucho por trabajar poco... claro que después nos llevamos las manos a la cabeza si hay un accidente aéreo por culpa de la fatiga del personal... pero bueno, si mueren 100, se pueden llegar a producir 40 puestos de trabajo...

Los controladores se lo pusieron a AENA a huevo para empezar con el proceso de privatización, pues los que más iban a protestar, los controladores, han quedado fuera de juego. De hecho, en previsión a las protestas que pudieran efectuar, ya se han empezado a tomar medidas y los controladores militares de los que intentaron tirar para asegurar que durante navidades no pasaba nada de lo que no iba a pasar de todos modos, ahora se están preparando para cuando efectivamente pase, y tendrán a unos cien controladores militares controlando efectivamente el espacio aereo civil.

Por un lado minimizan los daños que puede producir una huelga (el ejercicio de la huelga es un derecho civil), previsible por otra parte ya que al privatizar las torres de control, con toda probabilidad dejarán de cobrar los sueldos que percibían sin que se contrate a más personal para hacer el trabajo.

Sin embargo, un detalle que no todos parecen conocer es que los controladores no cobran tanto en su sueldo base, sino que lo que hacen son muchas horas extras. A las empresas les sale a cuenta pagar horas extras pues se ahorran el pagar la seguridad social del empleado que tendrían que contratar para hacerlas. Dos empleados cobrando 1000 euros son más caros para la empresa que uno cobrando 1000 y otros 1000 por horas extras. Siendo que la base imponible sube, cambian de tramo de cotización y hacienda recupera más de esos empleados... vamos, que casi todos contentos... todos, menos el parado que no encuentra trabajo porque otro hace horas extras. La cuestión es que cuando uno tiene familia y pretende tener algo de vida social, prefieren no tener que hacer tantas horas extras, pero es algo a lo que ya no parece que se puedan negar pues faltan empleados e irian en contra del sentido común y las normas que indican cuanto puede trabajar una persona sin perder la atención... cosa bastante importante en ese trabajo. A esto se suma que el potencial comprador de las instalaciones de AENA prefiere que el coste sea el mínimo.

En el contexto de escasez de trabajo en el que vivimos, los empresarios lo tienen fácil. Si venden menos, despiden trabajadores, pagan menos a los que quedan y el resultado es que ganan lo mismo. Claro que si venden más, con menos trabajadores y sin subir el sueldo... ganan más y eso es lo que quieren hacer en el caso de AENA.

Al incluir a militares por derecho en las torres de control, las necesidades de controladores civiles pagados por la empresa que los contrate serán inferiores, las huelgas no tendrán repercusión por lo que no tendrán ningún medio de presión así que no será dificil reducir las plantillas y pagar menos a los nuevos contratados.

El beneficio de los aeropuertos se incrementará, rentabilizará la inversión del que compre las instalaciones... que por supuesto, solo venderán aquellas que salen rentables pero las tasas a las compañias aereas seran iguales o superiores por lo que el precio de los billetes aumentará o en el mejor de los casos no se notará la diferencia.

Al respecto de los bomberos... en Madrid se han quejado por sus condiciones de trabajo y el consistorio les ha dicho que solo trabajan 90 minutos efectivos al día. Es decir... han calculado cuanto trabajo les corresponde sobre los incendios declarados. Mientras esperaban la llamada o se mantenían en la forma física exigida para realizar su trabajo... no trabajaban.

Por esa regla de tres... los doctores de urgencias solo trabajan cuando la gente tiene accidentes, los militares no trabajan si no hay guerras,  los políticos solo cuando votan leyes y a veces ni eso y las compañias de luz, teléfono y agua, roban el dinero a los usuarios que no están en sus casas.