lunes, abril 12, 2010

Exceso de confianza.

Cuando me enteré de la noticia del accidente de avión del presidente Polaco no comenté lo que me pasó por la cabeza... intentar aterrizar cuatro veces en un aeropuerto en el que la torre de control ordena ir a otro lugar y en el que un avión militar ha intentado aterrizar antes y ha desistido acudiendo a otro lugar es cuando menos raro.

Los riesgos que se corren al realizar una operación aérea van en función de unos márgenes de seguridad, en función del peso del avión, del viento, de las condiciones de la pista, etc., el vuelo se acerca a esos márgenes que en aviación militar son más amplios... es decir, se asumen más riesgos.

Decir que un avión militar no ha aterrizado es equivalente a poder asegurar que no lo puede hacer uno civil, cosa que el controlador debía tener bastante claro por lo que no tuvo reparo en ordenar a un avión presidencial a utilizar un aeropuerto alternativo. Solo se me ocurren tres razones para pensar porqué el piloto no hizo caso a dicha orden.

1.- Estaba loco de remate. Pero pensar que escogen al loco para llevar al presidente no parece muy lógico.

2.- El avión no tenía combustible suficiente para llegar al aeropuerto alternativo. Que pase eso con un avión que lleve militares a bajo coste ya ha sucedido, consiste en calcular el combustible necesario para llegar al destino y no repostar lo que es necesario para llegar al bingo (aeropuerto alternativo) declarando el repostaje como realizado y sacando tajada a medias con el gasolinero de turno, pero vuelve a ser improbable que se anden con ahorros de combustible para un vuelo presidencial.

3.- Le han preguntado mas o menos "amablemente" si está seguro de que no se puede...

Hay una ayuda electrónica (ILS) que indica por instrumentos al piloto si se encuentra en la senda de aterrizaje, si está por debajo de la senda, el avión aterriza antes de llegar a la pista, si va por encima, el avión puede no tener pista suficiente para parar.En Internet se puede mirar que aeropuertos tienen el sistema, no basta que lo tenga el avión, aquí se puede ver que pistas tienen ILS en Rusia, el aeropuerto de Smolensk no parece encontrarse entre ellos así que la senda solo viene indicada por un sistema de luces que apuntan a la senda, si vas por debajo... rojo, si vas en la senda verde. Las nubes no permiten ver las luces pero dependiendo de la altura de ellas, (y eso lo dice el controlador) el piloto puede pinchar en la nube para saber si está o no está en la senda de aproximación al ver debajo de la nube las lucecitas... el piloto se atrevió a pinchar tres veces, no sabemos si vió las luces o no, pero en todo caso lo que vio no le convenció o le indicaba que iba mal por lo que abortaba y volvía a empezar. El problema de pinchar en las nubes es que estas pueden estar muy cerca del suelo.

Los aviones tienen también un instrumento que avisa de la proximidad al suelo, pero lo dice a toro pasado... dice a que distancia está el suelo que acaba de sobrevolar. Para hacernos una idea, supongamos que volamos entre dos montañas, en un valle. Si las montañas son suficientemente altas el sistema nos indica que volamos a suficiente altitud pero sin embargo estamos por debajo de las montañas. Si el valle acaba de repente en otra montaña nos estamparemos contra la pared de la misma sin que el sistema haya dicho nada. Así que ese sistema no puede hacer nada para prevenir los obstáculos que puedan estar cercanos a la pista como árboles, edificios o antenas.

En cualquier caso aterrizar en contra de las indicaciones de un controlador no suele ser rentable ni en el supuesto de que se consiga ya que viene a ser como una infracción de tráfico muy grave en la que siempre se pilla al conductor. Para contravenirla hay que estar muy seguro de que no le puede suceder nada.

Todos los jefes de estado que me vienen a la cabeza vuelan con pilotos militares, en el avión no iba solo el presidente sino el jefe absoluto del piloto en cuestión. El presidente en cuestión ya se encontró en una situación en la que un controlador dijo que no aterrizase y dio la orden de que se aterrizase... el piloto no hizo caso. (me imagino que ese piloto dejó de ser piloto de la presidencia...) así que es probable que el piloto informase de las órdenes que había recibido de la torre y pidiera permiso para saltarselas o recibiera la orden de hacerlo.

Especulando un poco... (bueno, mucho... o no se), resulta que en esos aviones todos vuelan en clase cero... digo yo que va delante de la primera clase, y si hace falta tomar un vodka... o dos... se toman. Eso da a los pasajeros el valor de la copa de más que les permite ignorar el peligro... el piloto no bebe pero recibe el voto de confianza de un grupo de personas... las de mayor poder de su país, aquellos que pueden hacer que su vida sea mejor o completamente imposible, y le dicen que confían en él... que si puede aterrizar que lo haga, que haría un gran servicio al país y esas cosas que se le dicen al soldado para que arriesgue su vida... y las de los demás.

Si el exceso de confianza es peligroso, lo es más aún cuando la confianza viene desde fuera, cuando es otro el que confía en que puedes hacer algo que sabes que no deberías hacer...

Desde luego que en estos casos la culpa directa del accidente es del piloto, el no sabe si los del tubo están bebiendo, pero sí sabe que pueden hacerlo, sabe que puede negarse a obedecer una orden de un superior pero también sabe que su futuro está condenado si no lo hace así que mira positivamente, se carga de confianza ajena y decide buscar esa palmada en la espalda que recibirá en cuanto aterrice y quien sabe... igual ascienda y recibe algo a cambio...

Nunca sabremos lo que ha sucedido, la culpa la tendrá el piloto, por supuesto, pero yo en particular soy aficionados a las navajas, y entre ellas la de Ockham es mi favorita y no creo que el piloto se suicidase.

1 comentario:

Titajú dijo...

Mi voto va para que "piloto, tiene usted una orden DIRECTA de su presidente, obedezca".
Y obedeció.