sábado, noviembre 21, 2015

MADRID - BARCELONA. En directo diferido anticipado.

Gran afluencia de público y de fuerzas del orden, se confía en estos últimos para que esta transmisión directa diferida anticipada no se salga del guión.

Se llena el campo, hay más personas que asientos pero por fortuna los del campo se quedan de pie. Sin embargo es probable que la facturación sea inferior al que corresponde a un campo lleno.

Salen los gladiadores del circo y la gente pita y aplaude, hay de todo, no tiene que ver con el origen de los mismos, parece que hay más pitos para alguno de los que visten de un color que para los que visten de otro independientemente del pueblo en el que nacieron.

Se ven banderas, parece que alguna no gusta pues se retira.

Un señor de oscuro pita en el centro del campo y los gladiadores empiezan a darle patadas a un balón, primero van hacia un lado y después hacia el otro, según quien le da la patada, el público pita o aplaude.

A.- Gol. Unos gritan más que otros.

B.- Vuelven a empezar con lo de las patadas al balón y se repite el punto anterior tantas veces como la pelotita entra en una red sujeta por tres palos.

Se van los jugadores a los vestuarios y la gente aprovecha para tomarse el bocadillo.

Vuelven al rato pero se ponen en lados opuestos para compensar los gritos a uno y otro lado.

Se repiten los puntos B y A tantas veces como haga falta.

El de oscuro dice que vale por hoy y la gente desaloja el campo ordenadamente... siempre contando con que los de seguridad hayan sido capaces de hacer su trabajo.

Alguno que otro sigue con los gritos por fuera, se rompe un basurero y todas aquellas cosas que no consiguen evitar los de seguridad que unos pocos exaltados rompan... por el parecer debe estar incluido en el precio de la entrada, aunque el coste de reparación no lo paga el que la cobra.

En total... un par de horas en directo en las que no se habla de otra cosa (salvo del miedo a que la seguridad no pueda evitar que se cambie de tema), la conversación durará una semana más y el circo, esta vez sin pan, habrá vuelto a realizar su función de exaltar a muchos en una dirección para que no lo hagan en otra. Algo así como el cortafuegos que hace el bombero profesional prendiendo fuego al matorral para que cuando llegue el fuego principal no pueda avanzar porque no haya nada que quemar.

Solo cabe esperar que el cortafuegos no lo prenda un aficionado al que se le vaya la mano y provoque un fuego más grande que el que pretende evitar.


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