Se acabaron los toros en Cataluña.

Por fin se han decidido, a partir del año que viene se acabaron los toros en Cataluña, al menos eso ha decidido el Parlament, para que luego digan que no tienen capacidad legislativa.

Ojo, a mi no me parece mal que los prohíban, pero hay decisiones a las que hay que buscar los segundos sentidos que yo no voy a molestarme en exponer.

Lo propio sería que el mismo debate se trasladase a las restantes comunidades, lo que es bueno para unos, debería serlo para el resto y se prohibiese a su vez. No se cual sería el resultado del debate en Andalucía por mucho que haya quien diga que es imposible que un debate así tuviera un resultado similar al obtenido en Cataluña yo no lo tengo tan claro, sobre todo si los partidos políticos dan libertad de voto a sus representantes. No se tampoco cual sería el resultado en Navarra... pero desde luego que sería curioso que desaparecieran los San Fermines. En cualquier caso, la respuesta más efectiva a los que simplemente han politizado el asunto, sería la de extenderlo al resto del país y confiar en que no son los únicos con sentimientos ecológicos.

Pero aún así, ni tan siquiera en Cataluña creo que se decidan por iniciar el debate sobre la caza o la pesca deportiva, y sin embargo las razones serían las mismas. Mas aún, tanto la caza como la pesca suponen una fuente de contaminación por el metal que reparten por el campo o el mar cuando los perdigones no aciertan con su objetivo o se pierden las plomadas que fijan el anzuelo a un lugar. El sufrimiento de un pez esperando en el cesto o en un cubo lleno de agua despues de que un anzuelo le haya atravesado la garganta no creo que tenga nada que envidiar al de los toros y si consideramos cruel el fusilamiento humano, no debería serlo menos cualquier actividad cinegética por no hablar del riesgo que supone para la gente que pasea por el bosque o lo peligroso que supone que nadie tenga armas en su casa, solo hay que recordar que en la matanza de Puerto Hurraco se utilizaron armas de "caza" y no fue ni la primera ni la última vez que las armas de caza se han cobrado piezas con ropa... o sin ella.