martes, diciembre 22, 2020

El covidperio contraataca.

En junio hablé del covid, dije que nos iban a confinar de nuevo pero que lo iban a hacer por partes, no me equivoqué. No se trata de un pronóstico de un médium ni se me presentó la virgen para hacerme partícipe de ello. En realidad era como la lotería de navidad, se ve venir, soñamos como siempre que nos va a tocar, y perdemos los 20 euros jugados sino como siempre, como casi siempre.

 Es curioso que no haya mediado confinamiento severo, escucho a muchos políticos decir que no se podía aguantar otro confinamiento de ese tipo pero me pregunto que es lo que piensan en tantos y tantos comercios que no ven la luz y a los que eso de abrir a medias o no poder abrir en absoluto no les sale a cuenta.

Me llama la atención las manifestaciones de restauración y hostelería diciendo que se ahogan, que no pueden más. Sobre todo porque su petición es la de directamente prescindir de la salud no dándose cuenta de que a medida que empeoran los números son los propios clientes los que pueden decidir no acudir a los locales. Yo me pregunto ahora que hubiera ocurrido si en lugar de esas 17 decisiones dispares entre comunidades para afrontar el problema intentando no cerrar la economía, se hubiera cerrado a cal y canto durante otros 20 días, no se... en septiembre antes de que todo se complicase demasiado o al menos coincidiendo con un puente en el que a la hora de la verdad nadie se ha podido ir a ningún lado para salvar la economía y que los que lo han hecho solo han contribuido a alargar la agonía.

Quizás pensaban que la vacuna estaba cerca, que parece que sí, que lo está, aunque hay un riesgo con el que no habían pensado demasiado que era precisamente la propia naturaleza darwiniana del virus. Evoluciona, y lo hace rápido porque se replica muy rápido. Tanta gente contagiada y contagiandose a lo largo y ancho del mundo significa que el virus hace copias de sí mismo en un gran número y que por tanto comete muchos fallos de réplica. Muchos no prosperan pero con tantos enfermos, alguno tiene una ventaja evolutiva que le permite replicarse más rápido. Ahora tenemos la variante británica, me pregunto si Trump dirá que ahora el virus es ingles, dicen que es más efectivo contagiando pero que no es más letal. Lo de la letalidad es relativo, como hablar de la letalidad del ébola, si hablamos de porcentajes sobre infectados sí... es menos letal, pero si nos ponemos a contar muertos, nos salen muchos más. La vacuna está ahí, pero, ¿cuanto tiempo pasará antes de que aparezca una copia igualmente de letal, con la misma capacidad de réplica, pero que cambie su secuencia génica de forma que la vacuna sea equivalente a tomar naranjas contra la gripe? De hecho, si se produce esa mutación, no solo no servirán para nada las vacunas que van a empezar a repartir sino que la gente que ya ha pasado el virus pondrá su marcador a cero y entrará de nuevo en el bombo de los sepultables sin familia.

Al principio se hablaba de la pandemia como si se tratase de una guerra, hubo mucha gente que criticó ese tipo de discurso, pero yo estoy convencido de que al margen del discurso empleado, el tratamiento que le da la gente en general es precisamente ese, es una guerra. Pero no en el sentido de prepararse contra ella, sino en el de haberse acostumbrado a la misma. Como la gente que salía en las ciudades europeas durante la segunda guerra mundial y seguía yendo a cines, teatros y bares cuando caían las bombas. Pues resulta que es algo que hacen en todos los frentes y si hay algo en las guerras es no pueden ganar los dos bandos.

Ahora mismo hay mucha gente que piensa que la batalla está más ganada que menos, igual tienen razón, pero cuando menos, seguirán siendo muchos los que caigan por balas perdidas después del armisticio. Yo, por mi parte no daría al virus por derrotado. Viviremos una tercera ola aunque la ignoraremos tanto o más que la anterior porque en realidad no habrá existido una transición entre la segunda y la siguiente, cosas de no haberse encerrado en casa como con la primera. La duda ya no está tanto en saber cuando se acabará la tercera oleada de familiares y amigos muertos por covid, la duda está en saber si habrá una cuarta con una versión contra la que tengan que diseñar una nueva vacuna que además se la tengan que poner no solo a los que no enfermaron sino también a los que sobrevivieron a la enfermedad y a aquellos que se vacunaron con la vacuna equivocada.

El único sistema para frenar la capacidad de regeneración del virus y sus posibles mutaciones es el de hacer que se replique menos reduciendo el número de contagios, es decir, confinándose, pero como por ahí no vamos a pasar, habrá que ver que es lo siguiente.

 


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