martes, mayo 28, 2019

El pobre optimista.

Lo he escuchado en la radio, el banco de España decía que en el país de su nombre no se ahorra y que somos muy optimistas gastando. Me ha costado encontrar la noticia en la prensa, por ejemplo aquí.

Dicen que el consumo aumenta más que la renta, y claro, el consejo del rico es que ahorremos para poder pagar las pensiones pues para esas, no habrá. De hecho recomiendan aumentar la edad de jubilación, esa apuesta que el Estado hace con sus ciudadanos a los que cobra durante toda su vida laboral para devolverles una parte del dinero cuando dejen de trabajar. Está claro que si no dejan de trabajar no dejan de pagar para una pensión que no llegará porque siempre se morirán antes de cobrarla.

Ya hablé del salario mínimo para sobrevivir, que no coincide necesariamente con el necesario para vivir, y por supuesto queda muy lejos del que sería deseable para vivir bien. En mi supuesto hablé de una familia de cuatro, lo que no dije es que un país no es sostenible con familias por debajo de ese número porque implica un crecimiento negativo. Se habla mucho de la España vaciada, eufemismo para decir que está en proceso de extinción. Cada cuatro telediarios sale un pueblo en el que reúnen recursos para pagar a una, o como mucho, dos familias con hijos para que el pueblo no desaparezca. Son pueblos que con esa noticia se convierten en localidades de no más de 200 habitantes de los que tan solo 6 están en edad de tener hijos y ya lo han hecho. Son esos cuatro niños que no creo que esperen que sean suficientes para repoblar el pueblo.

¿Pero quien, con un mínimo de cultura, está dispuesto a tener hijos sabiendo la vida que les espera si no llegan a ese salario mínimo para sobrevivir?, evidentemente hacen falta las dos cosas, hijos y recursos. Pero también hace falta que el sueldo que encuentra el hijo sea equiparable a aquel que deja de cobrar el que se jubila porque lo que tampoco es sostenible es que se generen menos puestos de trabajo que aquellos que se pierden por la jubilación. Así que se producen más de dos jubilados por cada dos puestos de trabajo que se generan y además estos cobran menos que los que se jubilan, ¿como pretenden que así se pueda pagar ninguna jubilación?, lo dicho... haciendo que mueran antes porque difícilmente se pagarán la pensión con lo que ahorren.

Recuerdo que en un crudo invierno le preguntaban a un pobre en mangas de camisa si no tenía frío sin abrigo. El pobre contestaba que no, que no tenía frío porque no se podía permitir el abrigo.

El banco de España tacha de optimistas a los que no se pueden permitir gastar menos de lo que ganan. Es como si le dijeran al pobre que no se coma el mendrugo de pan que tiene en la mesa porque no tendrá para mañana. El optimismo estriba en que decide no morir de hambre hoy... si no encuentra otro mendrugo, ya se morirá mañana.

El banco de España habla en nombre del capital, de aquellos que lo tienen. Por lo general es gente a la que le da lo mismo que el pobre se muera de hambre hoy, o mañana. Pero claro, algunos de esos sí tienen hijos, y lo que de alguna forma perciben es que cuando la situación se hace insostenible, no viven bien ni los ricos, e igual se están dando cuenta de que sus hijos, que lo heredarán todo, no recibirán nada.

1 comentario:

Rembrandt dijo...

Que lindo no? Eso tiene un nombre en mi país, Patria Financiera, quizás en España se llame igual. Poco les importa el "ser", lo realmente importante para ellos es el "número" y que este no sufra "zozobras". Una belleza.

Abrazos amigo mío.

REM