jueves, marzo 28, 2019

Encuestas, entrevistas y mentiras.

Hoy ha sido noticia una entrevista que le hacían a Josep Borrell (que tiene acento catalán hasta cuando habla en ingles). La entrevista no la ha terminado, cosa rara en él pues hay muchos ejemplos de como lidia con las mentiras con las que intentan pillarle desde los medios afines al secesionismo de una de las regiones más grandes de España.

La gota que parece haber colmado el vaso era la afirmación del entrevistador de que el 70% de la población española solicita cambiar la constitución, este le contesta que eso es mentira y cuando el entrevistador dice que la fuente es el CIS, decide dejar la entrevista por imposible y manipulada.

La Vanguardia, el periódico catalán de mas tirada, se hace eco del hecho, aquí y en un artículo menor afirma en titular que el entrevistador sí tenía razón aunque el contenido del artículo en realidad lo desmiente.

En primer lugar porque se trata de una encuesta que tan solo han contestado 1708 personas. Afirmar que un 70% de un total de casi 47 millones de habitantes apoya la tesis de cambiar la constitución en el sentido de que una parte del todo pueda secesionarse a partir de esa muestra parece algo osado.

Que además resulta que la encuesta tiene más matices y que aunque el entrevistador daba pie a pensar que esa voluntad mayoritaria pretendía cambiar la constitución para favorecer las aspiraciones secesionistas, lo más probable era que de cambiarla, la intención de la mayoría fuera precisamente todo lo contrario. En cualquier caso la encuesta revela que la motivación más generalizada era la de mejorar la coordinación en competencias de sanidad y educación. Esto se podría entender de muchos modos, pero parece que va más encaminado a la unificación que no a la disgregación. De hecho los problemas de descoordinación en educación y sanidad nacen de la transferencia de competencias, si la sanidad fuera igual en todas las regiones no habría esa descoordinación, aquí me vacunan de esto y allí no, o aquí aprendo esto, y allí todo lo contrario.

Es evidente que la mayoría de los que quieren la independencia cambiarían la constitución, pero como se dice en el artículo, también la cambiarían la mayoría de los que no la quieren por el mero hecho de que todo, es siempre mejorable aunque sea para ir a peor.

También está claro que si hubiera existido una mayoría de tanto calibre como para considerar que el cambio de la constitución fuera un elemento primordial, pues se habría convertido en bandera de muchos partidos políticos para cazar votos, pero no ha sido así, e incluso aquellos que promueven cambios con amplio apoyo, no consiguen votos ni para convertirse en el principal partido de la oposición porque no parece que cambiar la constitución sea una prioridad para nadie.

Que hayan acorralado a Borrell en un programa sensacionalista alemán, es una pena porque al final esta será la única noticia que trascenderá. No veremos una entrevista similar a un fugado de la justicia como Putchdemont, supongo que porque no hace falta inventarse datos para dejarle realmente en ridículo, aunque también puede que porque en realidad la labor propagandística de los goebbels del pruses, gastándose el dinero que no dedican a sanidad o justicia, sí les reporte simpatizantes aunque solo sea por aquello de burlarse de esos morenos del sur que siempre imaginan durmiendo la siesta, viendo los toros, bailando flamenco y esperándoles para venderles cerveza barata y abrirse de piernas en cualquier lugar de los pirineos para abajo.

No hay comentarios: