No habiendo sido elegido, es difícil que nadie haya hecho entrega de unas tablillas en las que indicar todos los preceptos que no hay que infringir. En tiempos de Moisés no debía existir nada en lo referente a positivismo y teoría de la comunicación porque la mayoría de los mandamientos se refieren a prohibiciones, y por contra, lo que no está prohibido es obligatorio "sobre todas las cosas".
En esta iglesia no existen mandamientos. En realidad, los mandamientos que figuran en otras religiones mezclan lo que es el sentido común, o al menos la teórica bondad natural del ser humano, con la necesidad de ser seguidor de la misma.
No matarás, honraras a tu padre y a tu madre... son en definitiva normas que no debería haber ninguna necesidad de indicarlas porque deberían nacer de uno mismo. Mezclarlas con la necesidad de generar devoción por un Dios, es intentar elevar esta ultima necesidad a la categoría de innata como las anteriores.
Si la única razón por la que se siguen estos preceptos es para poder pertenecer a una secta o religión estamos perdiendo el sentido de los mismos porque entonces el bien que deberíamos hacer naturalmente lo estamos haciendo a cambio de algo... ya sea la promesa de un paraíso o un puesto más alto en la jerarquía de la iglesia de turno.
Por ello, se podrían dictar toda una serie de mandamientos para acabar reduciéndolos a dos recalcando que sobre todo lo demás rige la necesidad de seguir a una iglesia. La grandeza de está iglesia reduce directamente todos los mandamientos a uno solo.
Lo que está bien, bien está, y lo que no, no.
En esta iglesia no existen mandamientos. En realidad, los mandamientos que figuran en otras religiones mezclan lo que es el sentido común, o al menos la teórica bondad natural del ser humano, con la necesidad de ser seguidor de la misma.
No matarás, honraras a tu padre y a tu madre... son en definitiva normas que no debería haber ninguna necesidad de indicarlas porque deberían nacer de uno mismo. Mezclarlas con la necesidad de generar devoción por un Dios, es intentar elevar esta ultima necesidad a la categoría de innata como las anteriores.
Si la única razón por la que se siguen estos preceptos es para poder pertenecer a una secta o religión estamos perdiendo el sentido de los mismos porque entonces el bien que deberíamos hacer naturalmente lo estamos haciendo a cambio de algo... ya sea la promesa de un paraíso o un puesto más alto en la jerarquía de la iglesia de turno.
Por ello, se podrían dictar toda una serie de mandamientos para acabar reduciéndolos a dos recalcando que sobre todo lo demás rige la necesidad de seguir a una iglesia. La grandeza de está iglesia reduce directamente todos los mandamientos a uno solo.
Lo que está bien, bien está, y lo que no, no.
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