miércoles, noviembre 07, 2018

La velocidad ecológica.

Este año he sido un más de los que se han desplazado durante el puente de todos los santos. Sin ninguna prisa por llegar antes a ningún lugar, he optado por ir despacio.

Permítanme un inciso para definir "despacio" ya que no tiene nada que ver con la definición que pudiera verse del término en la RAE; despacio, en este contexto significa ir a la máxima velocidad permitida. Así que teniendo presente que el rango de velocidades a las que se puede circular oscila entre esa y la mitad de la misma, también podría decir que iba muy deprisa, tanto como podía (legalmente).

Resulta interesante cruzar por distintas provincias para descubrir que los limites de velocidad están relacionados con el tipo de la vía, pero no tanto como cabría suponer. Hay tramos de la autovía mudéjar a su paso por la comunidad Valenciana con tanta limitación como las zonas mas sinuosas de la nacional 234 a su paso por Castilla-León que por otra parte son superiores a los de la misma vía a su paso por Aragón.

A veces creo que las limitaciones de velocidad las ponen para que los navegadores calculen siempre como mejores aquellas opciones que se acercan a las autopistas de peaje, a fin de cuentas los que construyen esas carreteras públicas son los mismos que los que construyen las privadas y el sistema les garantiza mejores ingresos. La teoría es incluso anterior a los navegadores, pues las indicaciones de las carreteras suelen andar en la misma linea.

Quizás por ello, yo sigo mirando los mapas para decidir que ruta tomar, los navegadores me vienen muy bien para llegar a una dirección en particular pero prefiero seguir siendo el dueño de las grandes rutas y siempre que puedo, evito las de peaje y si no supone demasiado tiempo extra y no están saturadas de tráfico me gusta circular por carreteras que sigan teniendo sus curvas. Los camiones ya no son lo que eran y por lo general van bastante cerca de los límites legales de las vías así que no me considero un desgraciado por tener que ir detrás de un camión, a fin de cuentas el camionero va dentro del mismo tan feliz como le permita su trabajo.

Así que este puente, después de ir por una carretera con curvas limitada a 100 km/h acabé entrando en otra, que en realidad era la misma pero en otra comunidad pero eso sí, limitada a 90 km/h,  cuando después de un rato circulando legalmente empezaron a alcanzarme coches que no consideraban que circular a la máxima velocidad legal fuera ir suficientemente rápido.

Más o menos en los huecos en los que la señalización lo permitía, uno a uno fueron adelantándome hasta que uno decidió que lo haría descaradamente sobre linea continua y sin visibilidad aplicando el principio de "hazlo rápido y reducirás el tiempo probable de colisión". Por desgracia para todos, las prisas con las que unos circulan en un sentido suelen ser similares a las que llevan los coches que circulan en el sentido contrario por lo que cuando dicho coche estaba en paralelo al mio apareció otro de frente. Habrá quien dirá que si yo hubiera ido más deprisa, no habría ocurrido nada de lo que cuento; pero, ¿cuanto más deprisa?, ¿100, 120, 130?, si ese energúmeno me hubiera alcanzado de todos modos, es factible que también hubiera procedido a adelantarme y en ese caso, mi frenazo no habría sido suficiente para evitar el accidente.

A 90 km/h, el frenazo que di al coche se vio reforzado por las medidas de seguridad de mi propio coche que decidió ayudarme en la frenada activando una especie de alerta anticolisión que multiplicó la potencia de la frenada. Menos mal, pues de otro modo estoy convencido de que los tres habríamos tenido algo más que un simple susto, por no decir el resto de los coches que a muy poca distancia seguían buscando la ocasión de adelantarme.

El gobierno, en una de esas "lucideces" que tanto caracterizan a todos los gobiernos de este país, ha decidido que para evitar accidentes, va a rebajar a 90 km/h la velocidad de las vías convencionales. Algún lumbrera les ha dicho que es donde más accidentes se producen, claro que obviaban decir que hay muchos más kilómetros convencionales que autopistas y que son más coches los que circulan por los primeros.

Pero no parecen haber analizado que seguramente no haya una diferencia apreciable entre los accidentes producidos en las vías que ya están limitadas a 90 km/h frente a aquellas que siendo parecidas, o iguales, lo están a 100 km/h. Seguro que hay quien opine que la culpa del accidente habría sido mía por no rebasar sistemáticamente la velocidad máxima permitida, yo soy más de la opinión de que para llegar antes no hay que correr más, sino que hay que salir antes. Que estoy en mi derecho a circular no solo a la velocidad máxima permitida, que también puedo hacerlo por debajo de la misma porque si hay algo que sí he calculado es el número de kilómetros que puedo hacer con un mismo depósito si reduzco la velocidad, y ello se traduce en un ahorro de combustible que a lo largo del tiempo me ahorra tanto tiempo haciendo cola en un surtidor como aquel que pierdo por ir sin prisa.

Sin embargo, tengo claro que no se van a reducir los accidentes por limitar más la velocidad de las vías, si circular a la velocidad legal actual es suficiente para evitar los accidentes, lo suyo sería asegurarse de que todos los conductores la respeten y eso no se hace bajando más el ĺímite sino persiguiendo al infractor. En Italia había carreteras que estaban señalizadas a 20 km/h con la consecuencia de que ni los caracoles las respetaban. En Alemania, por contra, las carreteras convencionales están limitadas a 100 km/h, pero en cada cruce con otra via, la limitación bajaba a 70 km/h y curiosamente todos reducían su velocidad; puede que los radares que existían en una gran número de esos cruces tuvieran algún efecto disuasorio.

Yo por mi parte vuelvo a pensar mal, y opino que el motivo para bajar de nuevo la velocidad máxima sea el de engañar a los cálculos de los navegadores de los coches para invitar a sus conductores a circular por autovías de peaje.

En Alemania resulta que la mayoría de las autovías no tienen una limitación permanente ni fija. Solo te recomiendan no superar los 140 km/h (lo que provoca que quien se accidenta por encima de dicha velocidad tenga un problema con su seguro). Claro que el gran negocio del país es la venta de coches y por mucho que contamine un BMW  circulando a 200 km/h, lo que suele pasar es que ese coche no dure tanto como lo habría hecho de circular a 100 km/h. La ausencia de límites activa la industria. Una persona con 30 años de carnet habrá tenido una media de 10 coches que teniendo presente el coste energético de la producción de cada uno de ellos no creo que se trate de algo "ecológico".

La industria del automóvil no parece ser tan poderosa en España, más que nada porque no se trata de empresas nacionales sino extranjeras interesadas y quizás por eso no hacen más que amenazar con EREs y cierres. Pero la de la construcción de infraestructuras es una de las más poderosas de este país por lo que seguro que agradecen medidas que empujen a más usuarios a pagar sus peajes.

Ya se que nadie me va a dar un premio por contaminar menos al no ser un cagaprisas, ya he visto además que mientras haya de estos últimos las probabilidades de tener un accidente no disminuyen a pesar de las limitaciones de velocidad, pero en el fondo me doy cuenta de que la mayoría de las medidas que se toman para evitar muertes, son simples escusas para que otro alguien (puede que muy relacionado con quien decide las medidas) gane más dinero.






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