jueves, junio 04, 2015

Je suis Avijit Roy

Cuando entraron en el corazón de Europa con kalashnikov para atentar contra el semanario Charlie Hebdo, se escuchó tímidamente la voz de aquellos que prefieren no creer en nada. Je suis Charlie, era el grito escrito más extendido.

La palabra escrita es silenciosa, solo suena en el interior de la cabeza de quien la lee, el semanario era primordialmente gráfico, los dibujos no tienen sonido, el sonido va por dentro.

Multitud de personas hicieron oir su voz, esta vez de verdad, y no todos eran no-teistas, ateos, agnosticos o indiferentes a la religión, muchos aprovecharon para sugerir que era preciso atacar la fuente, pero entre estos había demasiados que eran a su vez parte de la misma fuente.

Religiones que persiguen otras y viceversa, todo acababa dependiendo del lugar en el que se estuviera para descubrir que la minoritaria era siempre la segunda más perseguida. Digo la segunda, porque el colectivo más perseguido por los religiosos es aquel compuesto por aquellos que prefieren no seguir ninguna religión o insinuar la posibilidad de no creer en nada.

El creyente medio, ese que no consideramos fundamentalista y que por tanto parece que no va a asesinar a nadie, vive en el convencimiento de que su religión es verdadera, no solo en su creencia en un ser o conjunto de ellos todopoderoso, creador de todo lo que existe menos de sí mismo... sino también de la doctrina que otros creyentes anteriores a él le inculcaron a partir de lo que otros habían dicho. En la mayoría de los casos, esa doctrina incluye un mal eterno para todo aquel que comparta sus creencias así que el moderado no te mata, espera a que te mueras con el convencimiento de que sufrirás más que simplemente muriendo, a fin de cuentas todos mueren, los creyentes también así que la diferencia solo puede recaer en el hecho de que unos serán eternamente felices y los otros, los no creyentes sufrirán eternamente la ira divina... porque será el mismo Dios quien les castigue ya que de otro modo habría otro igual a sí mismo.

En Europa se hizo mucho ruido por Charlie Hebdo, pero poco he oido hablar de Ananda Bijoy Das, ni de Avijit RoyAhmed Rajib Haider, los tres asesinados por laicos en un planeta de creyentes.

Avijit Roy dijo, "El extremismo religioso es como un virus contagioso que puede causar graves daños a la sociedad." pero cuando las cosas ocurren lejos, se diluyen y nos creemos siempre a salvo.

Martin Niemöller era pastor protestante en la alemania Nazi, no solo eso, era antisemita y anticomunista, pero se creyó a salvo hasta que protestó porque también quisieron modificar su religión, y pasó el resto de la guerra en un campo de concentración.

Estas palabras son de un sermón suyo:

"Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar."

Los ateos no figuran en la lista, pero hoy y siempre, fueron los únicos que se atrevieron a protestar, quizás porque no tenían miedo al fuego eterno ya que no creían en el, pero de todos modos, cuando la religión persigue lo hace con todos, pues toda religión evoluciona a peor o desaparece. Cuando desaparece, no lo hace a manos del ateo sino a manos de otra religión, más fuerte, más cruel.

No soy optimista, no creo que se pueda cambiar el planeta para evitar la religión, Avijit solo consideraba peligroso el fanatismo religioso, pero este no es más que un estadio terminal de la enfermedad, al principio es solo un resfriado curioso pero basta una multitud enfervorizada para que todos acaben viendo el milagro en el agua de Lourdes, y de ahí a lapidar al hereje va solo un paso.

La mayoría de los musulmanes por donde va pasando el estado islámico ganando adeptos, eran tan moderados en su religión como muchos cristianos dicen serlo de la suya... con el tiempo acaban conviertiendose en el virus que realmente son. El virus, aislado, no es tan nocivo. Pero cuando se juntan muchos, es lo que vemos en las noticias.

Callarse no es una opción.

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