domingo, febrero 23, 2014

IKEA y sus mesas de papel.

No se trata de una actualización de la queja anterior, IKEA sigue sin mandarme las puertas que faltan para acabar el curso de montador de muebles y aunque ellos aseguran que me las van a mandar, empiezo a tener la misma confianza en la palabra de IKEA que en la calidad de sus productos.

Lo que viene ahora es una secuela en la que simplemente constatamos la "calidad" con la que se produce en la Europa "civilizada".

Entre las piezas que sí tengo hay dos mesas,  ya no se si la mesa es Linnmon o Nipen, en cualquier caso es esta mesa que tan bien anuncian en su página, en características hablan de los orificios pretaladrados para las patas y justo debajo indica que la madera maciza es un material natural muy duradero aunque igualmente podrían haber informado que el hierro lacado es muy duro y se oxida poco cuando no se usa a la intemperie.

El truco está en que en que cuando vas a la tienda no lo venden todo junto... patas y tablero, sino que tienes que escoger las patas. Uno podría pensar que es una ventaja pero lo cierto es que puede pasarte que no encuentres las patas que buscas o aún peor, que solo tengan tres, que las compres y que no hagan más.

Pero la razón por la que en realidad  IKEA no las vende juntas siendo que las anuncian como si se tratase de un único producto es porque no habría forma de leer la información de forma parcial y no podrían engañarnos con las características.

Aunque en las características hablan de la durabilidad de la madera maciza, en la descripción del producto IKEA no se pilla las manos y da una descripción muy extensa que invita a no leerla. Divide el tablero en parte superior, marco, material de relleno y base (menos mal que no lo venden todo por separado). La base y la parte superior se supone que son idénticas, pero la superior, como va antes en el texto, nos la engordan con la pintura acrílica, todo ello para evitar que el lector llegue a la letra pequeña del material de relleno. PAPEL.

Sí, la puta mesa de IKEA es de PAPEL, un papel arrugado como los colchones de colmena IKEA, lo he descubierto porque le hice unos agujeros para pasar cables. Ahora entiendo porqué vienen los orificios pretaladrados (en los cajones no vienen así para poner tiradores), si los hicieras tu descubrirías que hay muy poca base en la que entrar.

Yo hice los agujeros con una sierra de corona, en un momento con un taladro a pilas entró sin problemas. El papel con el que me encontré me recordó los royos de papel Elefante con el que nos limpiábamos el culo hace más de 30 años, básicamente ahora sirve para lo mismo, para hacer unas mesas como el culo.

Ligeras sí son... pero olvidaros de subiros en ellas cuando queráis llegar más lejos. Lo más fácil será que la tornillería se vaya a tomar por culo junto a todo lo que eventualmente se encuentre encima de la mesa, y si por un casual no ocurre, es también probable que se parta por la mitad pues el papel, por muy resistente que sea, cede fácilmente. (Bueno... igual lo han hecho con autentico papel higiénico  y si lleva los agujeritos para romper la hoja puede que se cumpla el principio físico que dice que nunca se rompe por los agujeros).

Definitivamente, la calidad, brilla por su ausencia en IKEA.





3 comentarios:

Nacho dijo...

no sé que esperabas por ese precio, madera maciza de cedro real?

Outsider dijo...

Hay cajas de puros de cedro real y las hay también de de papel, pero en muebles hay una amplia gama de opciones. En leroy merlin venden un tablero de madera maciza de pino por 12 euros y tiene más superficie que esta mesa. Tampoco es cedro, olivo o roble, ya lo se. Pero el tablero más malo de conglomerado chino con melamina imitando a ese cedro tiene más calidad que la mesa de ikea de papel.

Outsider dijo...

Por cierto, me has recordado un chiste de uno que tiene hambre y solo tiene un euro en el bolsillo (en el original eran 50 pesetas) y encuentra un restaurante con un letrero que pone. Menú economico. 1 euro, así que entra y pregunta por el mismo.
El camarero le dice que es plato único de cuchara con pan, bebida y postre incluido así que decide arriesgarse, al menos comeré pan, es lo que piensa.
Le sacan un cesto lleno de pan, una botella de vino, gaseosa y agua y después aparece el camarero con un gran plato de lentejas. Sorprendido, el cliente empieza a comer y descubre que el plato tiene bastante profundidad y descubre sus buenos trozos de chorizo, costilla y jamón además de una morcilla entera que tuvo que partir en trozos porque no le cabía en la cuchara, sigue comiendo y de repente la cuchara rescata un calcetín. Llama al camarero para comentarselo y este le responde. "por ese precio ¿que querías? ¿cebolla roja de Turda?