martes, febrero 08, 2011

Gratis. No gracias.

Vivimos en una sociedad de consumo, gastar no es tan importante por tener como por poder decir que se tiene. Nuestras casas están llenas de objetos que regalados o comprados solo sirven para acumular polvo  y llega un momento en el que los sustituimos por otros que solo servirán para seguir acumulando polvo. La economía de consumo obliga a consumir, se publicita a sí misma porque sin consumo la economía no crece, nadie sabe porqué pero es necesario que la economía crezca. Si deja de crecer entra en crisis y decrece, no parece que haya una forma de dejarla como está. El esfuerzo se centra en el crecimiento de la economía aunque ello se haga a costa de renunciar al bienestar adquirido. Que un pais alcance un desarrollo económico parece que debería servir para trabajar menos, para poder dedicarse al ocio, disfrutar de la vida y no tener que trabajar para hacerlo, pero no, vivir más años solo sirve para tener que trabajar durante más años.

Curiosamente, el sueño de todos aquellos que juegan a la lotería... es tener suficiente para dejar de trabajar. ¿Cuanto es suficiente?... probablemente nunca es suficiente.

Solo unos pocos lo consiguen, o al menos lo parece, solo unos pocos tienen suficiente dinero para dedicarse a lo que les plazca, pero no quieren que el resto pueda vivir igual que ellos. Reniegan de cualquier cosa que pudiera ser gratuita y la envidia que provocan se acaba contagiando al resto. Si es gratis, si es barato, es malo y se rechaza. Lo hacen los ricos... y curiosamente, tambien los que no tienen tanto. La inmensa mayoría prefiere tener una copia pirata de windows que una gratuita de linux. Entre dos productos de la tienda, se tiende a pensar que el más caro tiene que ser mejor, y de hecho se considera que aquellos que se publicitan, son de "marca", como si los que no se publicitasen no tuvieran marca, como si la calidad del detergente la pudiera otorgar una blusa que nadie se llegó a poner nunca y menos a manchar. Llega hasta el punto en que el agua parece mejor si se paga a precio de gasolina aunque la del grifo sea la misma que despues se embotella.

Todos queremos tener más, pero si hay que elegir entre tener más de lo que tenemos y tener más que el resto... se opta por lo segundo. En algún sitio leí un estudio en el que se llegaba a la conclusión de era preferible ganar 70000 al año en una empresa en la que los demas trabajadores ganaban 60000 que ganar 80000 en una en la que los demás ganasen 90000. (las cantidades no son las del estudio, pero es que no recuerdo donde lo leí para enlazarlo). El deseo es básicamente tener más que el resto, que nadie se pueda comprar algo que nosotros no podamos, y a su vez poder adquirir algo que los demás no puedan.

El problema es que eso choca con el deseo de eliminar las diferencias en el mundo. El rico quiere tener más que otros ricos, estos quieren tener más que otros menos ricos y así hasta encontrar un lugar donde aquel que tiene agua potable es el rico porque está rodeado de otros que beben del charco que a su vez miran a aquellos que solo beben si llueve.

En fin, hace ya un tiempo que vi este video... es un experimento... ¿cuanto está dispuesta la gente a pagar por ir a un concierto de Joshua Bell?



Igual no es del todo justo... pues el que entra en el metro suele tener prisa, pero lo cierto es que hay mucha gente que no para en el metro para ganar el dinero que les permite verlo en el teatro... ¿tiene sentido?

1 comentario:

Titajú dijo...

No, pero en esta vida muy pocas cosas tiene sentido.