Todas las mañanas escuchaba voces a la misma hora, le susurraban cosas al oido y no entendía lo que le decían. De repente las voces se apagaban y el silencio se apoderaba de nuevo de todo. Pero le daba miedo volver a dormir, tenía miedo a las voces y estas, a los 9 minutos, ni uno más ni uno menos, volvían a hablarle.
El mundo está en mi contra- pensaba... y su mujer le decía.- "No se porqué pones el despertador en ese dial, no se entiende nada. Acuerdate de apagarlo del todo, sino se pasará todo el día enchufado".
Y el tonto... yo. Por creer que me critican cuando no lo hacen y dar pie a que efectivamente lo hagan.
3 comentarios:
Te falta poner la foto. :)
Eso te pasa por oír la radio. Ese va a ser el motivo de divorcio entre Cj y yo, ya lo verás.
La puñetera radio...
Aina; una no... dos. ;)
Titajú; era mejor cuando no sintonizaba ninguna emisora... me despertaba un ruido sordo y lo apagaba de lo mucho que molestaba. Pero lo curioso es que la radio, no la escucho... cuando me doy cuenta de que no me hablan a mi, la apago y nunca se lo que dicen.
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