sábado, diciembre 02, 2017

A perro flaco.

Lo que no dice el refrán, es como estaba el perro antes de que llegasen las pulgas. Pues éstas no son tontas, y siempre será mejor chupar de aquel que tiene más sangre ya que tanto el flaco, como el gordo, no se las podrá quitar de encima sin ayuda.

La primera pulga, el 3%, contaba con que el perro sería capaz de producir suficiente sangre como para aguantar la sangría. Lo que ya no contaba esa sanguijuela es que los que están dispuestos a pagar un 3% en negro, tienen a su vez intención de recuperar, también en negro ese 3% más un beneficio que compense el riesgo. Así, vamos bajando y liandonos en un entramado que al final deriva en negocios en los que el 3% se convierte en el 97% restante.

Los que entran en esa dinámica no son empresas que tengan una sede social que pueda cambiar de lugar pues nadie sabe donde se encuentra. Crimen Organizado, Mafia siciliana, Camorra, Ndrangheta, Mafia Rusa, Bratvá, o Mafia Albanesa por citar unas cuantas, están repartidas por todo el mundo pero sienten predilección por aquellos lugares en los que se dan dos circunstancias en particular. Capacidad de hacer negocio y un sistema policial-judicial desbordado o anulado.

Roberto Saviano destapó la caja de los truenos en Nápoles al hablar claramente de la Camorra. Hasta entonces, era algo que todos sabían pero que no se ponía demasiado de manifiesto, "hacían negocios" y sus luchas internas no trascendían demasiado al resto del país. La mafia siciliana copaba los titulares y el trabajo de los jueces y fiscales más el de un sector especializado de los carabinieri.

Pero basta echar un vistazo a Nápoles y vivir una temporada en la misma para descubrir que lo que fue una bella ciudad, está dominada por distintos clanes a los que no les importa lo más mínimo otra cosa que no sea ganar dinero y demostrar su poder. Edificios en ruinas, carreteras destrozadas, planes urbanísticos inexistentes, depuradoras estropeadas, y basura, mucha basura.

El jefe de cada familia sabía que la palabra futuro no estaba en su vocabulario. Todo era presente, y cuando pesaba una orden de detención sobre uno de ellos, se escondían en zulos que no estaban más allá de Giugliano o Casal di Principe. No se escondían en otro lugar porque sabían que allí no tendrían nada que hacer.

Pero esto ha cambiado, el destino juega curiosas pasadas, debe tratarse de algo cíclico. Resulta interesante la trayectoria de los almogávares en Sicilia y Calabria. Aquellos se acabaron convirtiendo en la Gran Compañia Catalana, un ejército de mercenarios comandada por Roger de Flor que luchaban por quien pagase. Quien sabe si de aquellos acabaron naciendo las distintas organizaciones mafiosas. Pero lo que sí está bastante claro es que a los Napolitanos les gusta mucho Barcelona.

Recuerdo que Saviano, viviendo cada vez en un lugar con una escolta permanente de Carabinieri y sin dormir dos veces en el mismo lugar, ya lo avisó. La Camorra se estaba estableciendo en el Mediterraneo español, y "Els paḯsos Catalans" estaban mucho más próximos a convertirse en una provincia de la Camorra que Al Andalus en un nuevo califato. No solo trabajan  aquí, viven aquí y matan y les matan aquí. De momento todo queda en "ajustes de cuentas", pero el último incidente ha entrado en el más puro estilo de la Ndrangueta, y los hay que se congratulan de que se maten entre ellos. Craso error.

Cuando moría alguien a tiros, se decía que había sido un ajuste de cuentas y la gente simplemente ignoraba la noticia. Hace unos años Xavier J.P. fue sospechoso de intentar asesinar a un capo de la Ndrangueta, ¿en Calabria?, no, los capos ya no viven allí, fue en Lloret de Mar.

El jueves pasado, Xavier moría por la explosión de una bomba lapa debajo de su coche ¿en Napoles?, no, en Viladecans, la prensa dijo que era un ajuste de la mafia de la prostitución. El cambio en el modus operandi es significativo, ya no se esconden. Es una señal a navegantes de que los almogávares han vuelto a casa. Están perfectamente acostumbrados al caos, y son perfectamente capaces de vivir de la decadencia de regiones en las que no existe el respeto a la policía.

Las estructuras mafiosas necesitan de esa decadencia, necesitan empresas dispuestas a funcionar de tapaderas legales, de un sistema político con una hacienda encubierta y de un sistema policial cerrado y reducido, algo fácil de controlar. Todo lo que el prusés les está brindando en bandeja.

Es evidente que no todos los secesionistas saben que están vendiendo su país a las mafias, alguno podrá alegar que esas mismas mafias están extendidas por otras regiones de España y que su policía no es la única susceptible de caer en sus redes. Es cierto, manzanas podridas las hay en todos los cestos. Pero cuanto más grande sea el cuerpo, más difícil será que la enfermedad lo acabe controlando en su totalidad.

No creo que todos los dirigentes secesionistas sean a su vez conscientes del lugar al que se dirigen, según ellos lo que pretenden es amputarse de la enfermedad que dicen observar no solo en España sino en toda Europa. Lo que no se dan cuenta es que el brazo que se amputa, no es el sano, es el enfermo y de un brazo gangrenado es muy difícil que vuelva a salir un cuerpo sano.



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