viernes, mayo 22, 2009

El undecimo mandamiento (y 2)

Segunda y última entrega del mismo tema, escrito por Sergio Parra y publicado en Genciencia... para los que no leyeron la primera parte... está justo debajo de éste.

Hasta que llegue ese momento, siguirán existiendo religiones que continúen afirmando cosas sin ninguna prueba de ello, de una forma tan terca que produce miedo más que asombro. Dentro de las religiones recientes con más de un millón de adeptos, hay una que dijo que el mundo terminaría en 1914. Cuando el mundo no terminó ese año, no asumieron que se habían equivocado. Podrían haber dicho que Dios tuvo misericordia y pospuso la fecha, pero dijeron algo incluso más ridículo: que en realidad el mundo terminó en 1914 pero que no nos hemos dado cuenta.

Hay otra religión que dice que todas las enfermedades son psicogénicas y que no existen microorganismos patógenos.

Otra religión que cree que, en el siglo XX, un ángel preparó una serie de tablas de oro y un ser humano divinamente inspirado las enterró. Las tablas estaban escritas en jeroglíficos egipcios antiguos y contenían una serie de libros hasta entonces desconocidos, parecidos a los del Antiguo Testamento.

Otra religión que cree que, con la suficiente fe, uno puede levitar, rompiendo las leyes de la gravedad.

Pensemos otra vez en todas las posibilidades: mundos sin dioses, dioses sin mundos, dioses creados por dioses preexistentes, dioses que siempre han estado aquí, dioses que nunca mueren, dioses que mueren, dioses que mueren más de una vez, diferentes grados de intervención divina en los asuntos humanos; ningún profeta, uno, o muchos; ningún salvador, uno, o muchos. Y cuestiones relacionadas con los sacramentos, la mutilación religiosa y la escarificación, el bautismo, las órdenes monásticas, las expectativas ascéticas, la presencia o ausencia de vida después de la muerte, días para comer pescado, días para no comer en absoluto, cuántas vidas después de la vida tendremos por delante, justicia en este mundo, en el próximo, o en ninguno en absoluto, reencarnación, sacrificio humano, prostitución en el templo, yihads, y así sucesivamente. Hay una inmensa variedad de cosas en las que la gente cree. Las diferentes religiones creen diferentes cosas. Cada opción religiosa es una caja de sorpresas. Y está claro que hay más combinaciones y alternativas que religiones, aunque en la actualidad haya algo así como unos cuantos miles de religiones en el planeta.

Todas estas religiones se basan en ideas intocables y mutuamente excluyentes de unas religiones a otras. Todas no pueden estar en lo cierto, pero sus adeptos se resisten a dudar de que quizá se hayan equivocado de iglesia, aunque sea demasiada casualidad que él haya decidido ser adepto de una religión en la que también son adeptos el resto de la comunidad en la que reside. Porque sus ideas son así, impulsivas, subjetivas, intocables.

Pero nada es intocable. Sobre todo lo que algunos dicen que es intocable. Porque aún nos queda mucho camino por recorrer y no hemos hecho más que empezar. Aprendamos a decir “no lo sé”. Sólo así comenzaremos a investigar sobre nuestra ignorancia. Si alguien dice que sabe algo con seguridad, entonces dudad de él. Incluso dudad de este artículo y de todo lo que dice Carl Sagan en sus conferencias. Mantened siempre alerta vuestro pensamiento escéptico. Porque en eso consiste la ciencia. En dudar. Por eso ciencia y religión, a nivel epistemológico, son antagónicos.

Qué empresa tan valiente y difícil la de edificar, generación tras generación, sobre lo que se ha aprendido del pasado; cuestionar el saber convencional; estar dispuesto, a veces con gran riesgo personal, a desafiar las ideas predominantes y, poco a poco, emergiendo lentamente de este tormento, adquirir una comprensión bien fundamentada, en muchos sentidos predictiva y cuantitativa, de la naturaleza del mundo que nos rodea. No entender todos los aspectos de este mundo por completo más que a través de aproximaciones sucesivas, entender cada vez un poco más. Ahora nos enfrentamos a un futuro difícil e incierto y me parece que, si queremos sobrevivir, necesitaremos todos esos talentos que nuestra evolución y nuestra historia han ido perfeccionando.

9 comentarios:

Zayi Hernández dijo...

Estoy completamente de acuerdo, de hecho, soy de las que dicen que es mejor pasar por ignorante un rato y preguntar, que pasarlo el resto de la vida, por no haber preguntado...y en cuanto a lo de la religión, sólo sé que cada vez entiendo menos....
besitos.

Outsider dijo...

bonita frase... aunque yo creo que moriré ignorante despues de haber preguntado hasta la saciedad...

Titajú dijo...

Yo lo sigo diciendo, soy creyente, y creo en un dios de amor.
No me vale que se mate por Dios, que se robe por Dios, que se sacrifique por Dios.
El amor no exige sacrificios de ningún tipo, pero os voy a contar una cosa.
Hace tres años se suicidó una amiga mía, profesora ene le colegio de mis hijas y madre de una compañera de Claudia. Para poder sacar a las niñas adelante (las mías y las suyas), tuvimos que creer en Dios con todas nuestras fuerzas. Sus hijas, y las mías, saben que algún día volverán a estar con Begoña, y yo también.
Es algo que nos da fuerzas.
A lo mejor estamos equivocadas y no hay nada, pero cuando nos legue la hora y nos marchemos, si realmente no hay nada, no nos habremos desesperado.
Ahora bien; yo todo lo que hago lo hago porque sí, no pienso ni en la recompensa ni el castigo divino.
Ya lo sabéis, ¿no? "No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido.
Ni me mueve el infierno, tan temido, para dejar por eso de ofenderte".

Jon Basto dijo...

Dios es único y a la vez varios miles de millones. Funciona de una manera divina, por lo que los humanos no podemos comprender sus misterios. Lo dije y lo repito... dios es idiota.

Outsider dijo...

Si es que la religión, cualquiera de ellas, nació precisamente para eso, para cubrir la necesidad de responder a las dudas existenciales del hombre. Con las primeras se preguntaban si el sol volvería a salir al día siguiente, si el invierno daría paso a la primavera, si volvería a llover... necesidades primarias. Con el tiempo han dejado de tener sentido pero las organizaciones que las mantienen no podían permitir que la tierra girara alrededor del sol... ni tan siquiera podían permitir que el concepto arriba y abajo fuera tan relativo como pensar que justo debajo de nosotros hay otras personas en el otro lado de la tierra. La duda existencial queda solo para el más allá, ese para el que la ciencia no provee de ninguna respuesta... porque probablemente, no la hay, más si todo lo demás era falso... ¿porqué habríamos de creer que hay algo despues?

Es duro pensar que los que han desaparecido, lo han hecho de verdad, pero en realidad no suelen desaparecer sin dejar rastro, siempre queda su recuerdo e incluso algunos... la mayoría, dejan una descendencia en la que la genética nos recuerda su origen y aquellos que no creemos en un más allá, encontramos consuelo en la vida que vivimos e intentamos asegurarles una vida mejor a los que nos suceden pues creemos que la vida que hay que vivir es esta... y no la siguiente.

Por otra parte... cada creyente en un más allá, cree en una cosa... los hay que se reencarnan en otras personas, los hay que lo hacen en animales, plantas, insectos o se funden con el universo o gaia. Los hay que llegan a un paraiso en el que 72 virgenes les esperan... y las hay que se convierten en esas virgenes... me parecen demasiadas opciones para que ni tan siquiera una sola esté en lo cierto.

Titajú dijo...

¿Y por qué no puede haber una recompensa a medida de cada uno? ¿por qué, si tu quieres ser reencarnado,no vas a ser reencarnado, y si quieres 72 vírgenes, no vas a tener 72 vírgenes, y si quieres que gane el Deportivo, lo tienes más difícil (pero ¡quién sabe!) pero puede ser?
Yo no pierdo la esperanza; y si Dios es idiota pues bueno. También hay mucho idiota suelto gobernando el mundo y tampoco veo a nadie rasgarse las vestiduras.

Outsider dijo...

Buena respuesta... pero si todos tienen razón en lo que ocurre despues... ¿porqué no van a tener razón tambien aquellos que no creen en nada?

Titajú dijo...

Pues también pueden, claro.
O pueden todos, o no puede ninguno.

Outsider dijo...

Las afirmaciones totorresistas (del catalán... tot o res... todo o nada) suelen ser falsas, es dificil afirmar que todo es blanco o todo es negro, el gris no es blanco ni negro y además hay toda una gama de colores así que teniendo presente el mensaje que propugna cada religión, la mayoría son incompatibles. Si prescindimos del mensaje y las religiones propiamente dichas, quedandonos solo con la esencia de un ser todo poderoso, siguen habiendo incompatibilidades entre religiones, así que unos tendrán más razón que otros. Cada uno expone sus razones... pero la mayoría de las religiones lo acaban convirtiendo todo en un dogma de fe... que es lo más parecido al "porque lo digo yo"...