miércoles, mayo 20, 2009

El undécimo mandamiento (1)

Iba a decir que no me gusta mucho copiar lo que encuentro en otros blogs, que la producción propia es mucho más interesante, pero me he dado cuenta de que la producción propia no es más que un resumen de las producciones de otros, que el verdadero valor de lo que uno produce es la capacidad de condensar una parte del conocimiento general y expresarlo de un modo particular para devolverlo de nuevo, o mostrarlo por primera vez a la fuente y al mar del conocimiento.

Palabras vacías que solo pretenden justificar el cortar y pegar que viene a continuación, eso sí y sin que sirva de precedente... con autorización de la fuente según lo que expresa la licencia Creative Commons.

No cambio nada, sacado de Genciencia y escrito por Sergio Parra... solo un matiz... la Iglesia del Culto al no Elegido si tiene ese mandamiento... es el único que tiene, y a pesar de todo, no es ciencia.

La segunda parte... pasado mañana.

En una de las conferencias pronunciadas por Carl Sagan en 1985 en las prestigiosas Conferencias Gifford, que se celebran en Escocia anualmente desde el siglo XIX, y de las que aquel año se celebraba el centenario de su inauguración, explicó que en occidente tenemos Diez Mandamientos, pero que ninguno de ellos nos exhorta a entender el mundo, a comprender las cosas, a combatir la ignorancia y el inmovilismo en las ideas.

Lo cierto es que muy pocas religiones nos empujan a potenciar nuestra comprensión del mundo.

Cuando se critica que las prescripciones morales e ideológicas de la religión han quedado en gran parte anticuadas o no se han sabido adaptar a los nuevos descubrimientos sobre la realidad, enseguida los creyentes demandan respeto a su fe, por muy irracional o impulsiva que sea ésta. Y, por supuesto, uno puede creer lo que quiera. Lo que es difícil de respetar es el dogma. Porque el dogma es sinónimo de fanatismo.

Los creyentes suelen aducir que quienes creen en la ciencia también tienen otro modo de fe: fe en que, por ejemplo, determinados postulados científicos son verdaderos. Eso es cierto. La diferencia estriba en que las verdades de la religión son incuestionables, eternas, proceden de una sola fuente o de muy pocas fuentes, no se cuestionan a menudo, no se someten a duros análisis so pena de considerarse una falta de respeto, no se conducen, en definitiva, con humildad.

La ciencia es también fe. Fe en hipótesis y teorías. Pero una fe humilde, deseosa de evolucionar, pues considera que no posee la verdad, sino que se aproxima a la verdad en sucesivos adelantos y regresiones.

Estamos viviendo en una época en la que se producen cambios asombrosos a todos los niveles y a unas velocidades que exceden nuestra asimilación. Muchas cosas que se consideraban ciertas hace apenas 25 años ya no lo son. Si no estamos dispuestos a considerar alternativas, nuevas ideas, nuevos enfoques, y evitar en lo posible que nuestras doctrinas lastren nuestro juicio, entonces corremos el riesgo de quedarnos atrás, agarrados a nuestras convicciones de forma desesperada, aterrorizada.

La religión (piensan algunos) ofrece consuelo (algo muy discutible, porque también es fuente de miedos y enfrentamientos) porque ofrece un sentido a lo que de momento no lo tiene. La ciencia te libera de ataduras, ¿y no es ese un mayor consuelo, un consuelo que no depende de que alguien tire de la manta y te descubra que estás equivocado sino que se alimenta precisamente de eliminar equivocaciones?

Como dice Carl Sagan en su conferencia a propósito de estas tensiones ideológicas entre las distintas religiones:

Creo que nos matamos unos a otros, o amenazamos con matarnos unos a otros, en parte porque tenemos miedo de no llegar a saber la verdad, de que alguien diferente pueda aproximarse más a ella. Nuestra historia es en parte una batalla a muerte entre mitos enfrentados. Si no puedo convencerte, te mato. Esto te hará cambiar de idea. Eres una amenaza para mi versión de la verdad, especialmente sobre quién soy yo y cuál es mi naturaleza. La idea de que pueda haber dedicado mi vida a una mentira, de que pueda haber aceptado una idea convencional que ya no se corresponde, si es que alguna vez lo hizo, a la realidad externa, es una constatación muy dolorosa. Mi tendencia será resistirme a ella hasta el final. Estoy dispuesto a hacer lo que sea para no llegar a descubrir que la visión del mundo a la que he dedicado mi vida no es la correcta.

Estas dinámicas psicológicas se producen en todas las personas que tienen ideas, tanto si son religiosas como si no. Por eso la ciencia es tan importante. Los científicos pueden tener las mismas debilidades psicológicas que los religiosos a la hora de afrontar que pueden estar equivocados. Pero la ciencia es el sistema externo que hemos creado entre todos para evitar que esto pase: todos nos vigilamos unos a otros, exigimos pruebas, verificación, referencias, humildad. La ciencia sería una especie de democracia del pensamiento.

La religión, por el contrario, fomenta la dictadura del pensamiento. Las dudas de fe son peligrosas, ofensivas, dañinas. Se tiene que creer y no cuestionar. El que tiene fe enseguida se ofende, ataca, amenaza. La fe irracional alimenta la parte más visceral del ser humano. Por esa razón no existe un undécimo Mandamiento: aprenderás, dudarás de todo, sobre todo de quienes dicen saber la verdad, y también dudarás de ti mismo y del resto de los 10 Mandamientos. Y si alguien dice que lo que crees es falso o es peligroso, desearás con toda tu alma que te expliquen la razón, para no desperdiciar ni un minuto más en ello.

El undécimo Mandamiento, sencillamente, convertiría todas las religiones en ciencia.

9 comentarios:

Jon Basto dijo...

Yo no creo que sean palabras vacias. Creo que el entorno nos condiciona casi totalmente en nuestra forma de ser, de pensar, de actuar, de cagar, ... bueno, de cagar, no. A menos que haya un pesado, al otro lado de la puerta del wc, golpeando y gritando: QUE NO ME AGUANTO MAS.
Muy bueno el Carlitos, a ver si pones el otro.

leticia dijo...

Precisamente, cuando yo te hablo de nuestro pensamiento como hacedor de nuestro propio destino, te hablo de ciencia(Física cuántica), y no de religión. Y cuando hablo del Universo (supongo que seguirás haciéndome llorar, ya que rompí mi promesa =VER SILBIDO), no hablo de un dios. El Universo es el proveedor, porque todo lo que necesitamos, queremos o buscamos, está en él. Sólo tenemos que tomarlo, y llegar a eso, es puro trabajo interno y liberación de energía en forma de deseo y pensamiento.

Outsider dijo...

Puf, la física cuantica es complicada hasta para los físicos... y en los entornos pseudofisicos se acaban otorgando poderes sobrenaturales a la cuantica.

No hace mucho pude ver en la televisión que la cuantica explicaba la posibilidad de estar en dos lugares al mismo tiempo... a nivel cuantico... que no quiere decir que una persona pueda tener el don de la ubicuidad... e incluso, la afirmación cuantica de que existen un número indefinido de universos ha animado no solo la producción de películas sino la venta, (estafa) de universos...

Con ello no digo que no haya una conexión cósmica entre los pensamientos de la gente... lo que digo es que no se ha demostrado tal cosa por lo que no se puede catalogar de científico.

Me has dado un tema interesante para escribir así que ya me pondré a ello...

Titajú dijo...

Yo tengo una mente absolutamente de letras, lo que no quiere decir que no piense.
a mi me da igual que a Dios le llames Dios, Universo, el Todo, Allah... para mi son todo lo mismo.
Los mandamientos de la religión católica (no sé si pertenecen a más religiones, y para el caso no importa) creo que son bastante sensatos... en su mayoría, y me explico.
No robarás, no matarás, honrarás a tu padre y a tu madre, santificarás las fiestas... a ver, éste último me lo vais a tirar abajo, pero es que, desde mi punto de vista, santificar las fiestas significa descansar del trabajo. Descansar es sagrado. Así, el primero (os refresco la memoria: amarás a Dios sobre todas las cosas), significa no destrozar la vida de nada ni nadie: animal, vegetal, mineral. Si amas la naturaleza, no la destrozas; si amas a la humanidad, no la destruyes.
Ahora empezaréis con eso de que "es que tú no eres católica", o algo así.
La verdad es que soy católica, y Dios me consuela. Que la ciencia avance me ayuda en la vida, me interesa, me impresiona pero no me ofrece consuelo alguno.
¿Y por qué la católica? Porque desde siempre, en esta vida y antes de que la escritura fuese algo al alcance de todos, los trovadores contaban historias y las adornaban para hacerlas más bonita.
¿Qué tiene de malo?

Outsider dijo...

Los mandamientos, según los expones, son casi ideales... el problema es que tu interpretación no coincide con la que las distintas iglesias realizan... y así vemos curas en los conflictos animando a los suyos a matar, lo que muchos paises... católicos... hacen en otros paises que no lo son... es claramente un robo; tu interpretación de santificar las fiestas es curiosa, pero la mia es la de pasar el cepillo para que gastes en la iglesia lo que ganaste el resto de la semana; honrar a los padres... vale... y a los hijos, y a los vecinos... seguro que así no había problemas.

Pero en una cosa si tienes razon, a mi no me consuela nada, mi convencimiento de que no hay nada más allá no me brinda la ocasión de tener paciencia y esperar a que la muerte me haga más feliz...

Pero la de todos modos, la religión católica que conoces... no tiene tantos años... pues despues de tanto cisma, reforma y contrareforma la religión que se practica no tiene nada que ver con el supuesto origen de la misma, y todo lo que mueve es más de la misma economía que destruye el mundo.

Titajú dijo...

en eso estamos de acuerdo; hoy en día, cualquier iglesia, cualquier asociación, se mueve por dinero.
Pero yo no creo en las instituciones, creo en las personas.

Outsider dijo...

Pues mira, en eso también estamos casi de acuerdo, yo tampoco creo en las instituciones, y en las personas... bueno... las instituciones están formadas por personas, así que alguna persona será la responsable de que no crea en las instituciones, así que creo en algunas personas... no en todas... y poco.

Zayi Hernández dijo...

y no es así?...creo que la religión católica ( en esa supuestamente me educaron) ha cometido tantos fallos como las otras (con sólo echar una ojeada a las cruzadas, a las inquisiciones y a los historias de huerfanos educados en colegios regidos por sacerdote, tendríamos suficiente material para morirnos de asco)... pero ha sido muchisimo más hipócrita en asumir sus errores, siempre han querido taparlos y se basan en la biblia para que las ovejas no salgan de la manada. Basta leer un poco de mitología para darnos cuenta, de que la biblia es muy semejante a muchos clásicos griegos...quién era Jesús? un semidios, nacido de un mortal (la virgen ) y un Dios ... quién era Apolo???. En lo que a mi respecta, creo que hay algo superior a todos, llámese Dios, energía o lo que sea, pero con respecto a la biblia tengo tantas lagunas como para surtír al planeta...
besitos.

Outsider dijo...

Cuando se niega de la existencia de un dios, en realidad se están negando todos los postulados que defienden las religiones, sus actas de fundación y sus desarrollos, pero la afirmación de que existe algo por encima de todo ello, un creador de esa concentración de energía que pudiera ser el origen de todo el universo es tan dogma de fe como negarlo... solo que cuando el creyente habla de un dios, piensa en uno que tiene conciencia casi humana y se preocupa por la condición humana como si le importara. De un dios que creara, inconscientemente esa explosión que hubiera de convertirse en el universo, hay tantas pruebas a favor como en su contra... pero el resultado viene a ser el mismo... no se si existe o no... pero no me afecta, nada irá mejor o peor por ello...